56. JAIME SOLICITUD DE PRIMERA CITA
Esta tarde, Iván Felipe apareció por el cuartel sin previo aviso. Su llegada me alegra, aunque no puedo evitar sentir que hay algo extraño. Apenas llevo una semana aquí, y él no es del tipo que hace visitas casuales.
—Deja de hostigar a mis hombres —le digo, interponiéndome entre él y los agotados reclutas.
—¿Tus hombres? —responde con una sonrisa desdeñosa—. No olvides que son mi escuadrón.
Su tono tiene una mezcla de desafío y cansancio. Es como si llevara días acumulando un peso que ahora quiere descargar. Lo reconozco en su mirada, en la tensión que lleva en los hombros.
—Parece que necesitas desquitarte con alguien —le provoco, llevando una mano al pomo de mi espada—. ¿Qué tal yo?
Su sonrisa se vuelve más amplia, más afilada.
—Después no digas que no te lo advertí —responde mientras desenvaina con un movimiento fluido, casi despreocupado—. Estoy de malas.
Lo sabía. Necesita desahogarse, y parece que no hay mejor manera que cruzando espadas. Nos movemos al patio de entrenamiento,