Evans salió furioso de ahí, miró una vez más hacía la casa, tenía el corazón partido en dos, no podía dejarla ahí pero debía sacar a su madre y amiga de ahí.
—Necesito ponerlas a salvo.
—Hijo, no debiste sacrificarte por mí, ya he vivido muchos años — Evans la miró furioso.
—No vuelvas a decir eso mamá, nunca. Necesito ir por las demás chicas y ponerlas en un lugar seguro. — sacó su celular y llamó a Scott, él hombre estaba despertado porque ni su amigo ni Nathalie contestaban, ya que al llegar al hospital no la encontró.
—¡Mierda Evans! — exclamó al contestar — ¿Qué está pasando? Nathalie no estaba en el hospital y Mio no aparece ni contesta su celular, estoy realmente preocupado. — Evans miró a la mencionada por el retrovisor.
—Quiero que reúnas a los chicos y las chicas, en la casa de Nathalie, nos vemos en veinte y no te preocupes, Miosotis va conmigo.
—Evans — dijo en tono de advertencia.
—Ahora no Scott, haz lo que digo, es urgente.
—De acuerdo — dijo no muy convencido,