—Oh, joder, Violet.—
Ella baja mis pantalones hasta mis tobillos para posicionarse mejor.
Se siente increíble cuando cubre mi coronilla con sus labios carnosos; lame y la acaricia con los dientes y la lengua, haciendo que el líquido preseminal gotee de mi punta. Desliza su mano arriba y abajo por mi polla, ahora dolorosamente dura. Me pongo más gruesa para ella, más dura para ella, y cuando me chupa profundamente en su boca, casi me corro en ese mismo instante.
Sus mejillas se hunden mientras me chupa con más fuerza. —Oh, sí, sigue haci—— Eh, oh, eso ya no se siente tan bien. Una sensación punzante me perfora la piel.
—¡Mierda! —digo, apartándola de golpe.
—¿Qué demonios?
Me agacho para intentar evitar que me chupe, pero ella toma esto como una señal para chuparme más fuerte.
—¡Dios mío!—, rugí cuando el calor subió un poco y sentí como si alguien me hubiera vertido lava fundida en la polla. —¡Para, para, carajo!—
¡Quítate!
Finalmente se aparta. Alcanzo mi pene y llevo las rodillas al