ELIZABETH.
DÍAS DESPUES.
No podía dejar de sonreír mientras caminaba hacia la comisaría al lado de Nick. Después de tantas dudas y momentos difíciles, habíamos llegado a un lugar donde nuestro amor se sentía sólido y real. Ambos sabíamos que nuestras vidas eran complicadas, llenas de sombras del pasado y peligros del presente, pero también sabíamos que juntos podíamos enfrentarlo todo.
—¿Estás lista para esto? —me preguntó Nick con una sonrisa, entrelazando sus dedos con los míos.
—Más que lista —respondí, apretando suavemente su mano.
Al entrar en la comisaría, la atmósfera era diferente. Había un aire de complicidad y curiosidad en nuestros compañeros. Algunos ya habían notado cómo nuestras miradas se encontraban con mayor frecuencia, cómo nuestros gestos se volvían más íntimos. Pero hoy era el día en que haríamos oficial nuestra relación.
Nos dirigimos a la sala de reuniones donde Warren, como de costumbre, estaba revisando algunos informes. Cuando nos vio entrar tomados de la mano,