Elizabeth
—Ela es parte de nosotros, y siempre lo será —repitió Nick con suavidad, su voz estaba cargada de amor y gratitud por la vida que estábamos construyendo juntos.
Lo miré, sintiendo cómo el calor de sus palabras llenaba los vacíos que habían estado presentes en mi corazón durante tanto tiempo. Este año había sido una montaña rusa de emociones, un viaje lleno de altibajos, pero estábamos aquí, más fuertes y más unidos que nunca.
—Sí, siempre lo será —respondí con una sonrisa que reflejaba la paz que finalmente sentía.
Nick me besó en la frente y luego me tomó de la mano. Juntos, salimos de nuestro departamento, listos para enfrentar lo que el día tenía reservado para nosotros. La fiesta que habíamos planeado era pequeña, pero significativa, con solo nuestros amigos más cercanos, aquellos que habían estado con nosotros en los momentos más oscuros.
Mientras caminábamos por las calles de la nueva ciudad que ahora llamábamos hogar, me sentí llena de esperanza y emoción por el futuro