Diego observó el rostro de Grecia mientras dormía en la habitación de la clínica a donde fue internada luego del desmayo sufrido ante la noticia del secuestro de Guillermo.
—¿Qué fue lo que pasó? —preguntó Basil ingresando a la habitación.
—Han secuestrado a nuestro hijo, aprovecharon un descuido de la gente de seguridad y nuestra ausencia para irrumpir en nuestra casa y llevarse a Guillermo —Diego se mesó los cabellos con evidente frustración.
—¿Tienes idea de quién ha podido ser el responsable? ¿Has dado aviso a la policía? —preguntó el hombre con tono preocupado.
—Sí, Camila y el hermano de Grecia. Rodrigo Falcón se ha encargado de hacer nuestras vidas miserables, pero te juro que si llego a ponerle la mano encima soy capaz de matarlo de una maldit@ vez y por todas —gruñ&oac