Amara no había pensado en ese detalle, su mente era un torbellino, en búsqueda de ideas, que la ayudaran a mantenerla con vida
-todavía hay alguien que daría lo que le pidieras a cambio de mi vida- dijo intentando que su voz sonara convincente
-Jajajaja, quien? ¿El príncipe? ¿En verdad crees que vales tanto? Sueñas querida, sueñas… ¿crees que me daría su reino a cambio de una campesina insignificante?
-Entregarte el reino no…-Yelena sonrió- pero sé que estaría dispuesto a casarse contigo, para unir sus reinos- decir esas palabras le provocaban nauseas, pero era su única carta.
Yelena se paseaba dudosa por la habitación-si te quiere tanto como dices, porque se casaría conmigo?
-El prometió que yo estaría a salvo y él es un hombre que cumple sus promesas, además se preocupa por su pueblo y es