El Alfa, el beta y el delta, estaban ultimando los detalles para atrapar a Loreto, mientras tanto había ordenado que trajeran a Artemisa, ante él
Los centinelas tocaron la puerta del despacho, con ellos traían a la rubia loba que no entendía lo que estaba pasando
— Luciano, ¿qué está pasando aquí? estos labos me han traído aquí casi a la fuerza, ¿cómo se atreven a tratar a su luna de esta manera?
— Para nosotros nuestra única luna se llama Isabella — dijeron los guerreros
— ¿Lo ves? ¡están siendo muy irrespetuosos conmigo, Luciano!
— Esperen afuera, quiero hablar con esta loba — ordenó el Alfa
— ¿Qué pasa? ¿qué es todo esto?
— ¿En verdad no lo sabes, Artemisa? qué tal si te refresco la memoria, regresemos a cuando Loreto, secuestró a Isabella y se la llevó a su cabaña del amor, como es que tú y él fueron cómplices en mantener a mi luna drogada por dos días, porqué que casualidad que tú supieras la ubicación exacta y me llevaste a ella no sin antes arrancarme una promesa, la de