ANA
La noticia me dejó perpleja, no sabía como reaccionar, no porque no estuviese feliz, mi mente estaba trabajando a mil, calculando y revisando, analizando cada palabra de Martín.
“Estas embarazada, vamos a ser papás”.
Voy a ser mamá, voy a dar vida a un ser que crecerá en mi interior, que espero tenga los labios de su padre y su alegría, quiero que sea feliz, que pueda confiar en nosotros. Y me voy a casar, es como si me hubiese ganado la lotería sin recibir un solo centavo.
—Ana, amor, respondeme —Veo a Martín a los ojos y pasaron de estar cristalizados a tener un miedo latente.
—Papas. ¿Papás? —Suspiro —¿estás seguro?
Esta vez sus manos se deslizan por mis mejillas y me doy cuenta que estoy llorando, pues delicadamente empieza a quitar las lágrimas q