—Por fin mañana nos vamos a nuestra casa.
—Si estoy feliz.
—Yo también, te prometo que no voy a desaprovechar esta nueva oportunidad que me estas dando.
Me da un beso.
—Ya duérmete preciosa que no puedes abrir los ojos.
Empieza a acariciar mi cabello y no tardo en quedarme dormida.
Por la mañana Ethan me despierta con el desayuno en la cama.
—Vaya que sorpresa.
—Hoy es un día especial, por fin nos vamos a nuestra nueva casa.
—Si estoy muy entusiasmada.
—Yo también preciosa, presiento que vamos a ser muy felices ahí.
Empezamos a desayunar y después nos damos una ducha que como siempre dura más de normal porque Ethan no deja de acariciarme.
&