Es Ethan, viene con una maleta y entra como si nada.
—No soy Asher como puedes ver.
—Si ya me di cuenta ¿qué haces aquí y con una maleta?
—Vine a pasar unos días contigo, como estas enferma no puedes estar sola.
—No estoy enferma.
—Prefiero estar al pendiente mientras vuelve Monica.
—Ethan esto no puede ser.
—Deja de quejarte y mejor invítame a comer que huele delicioso.
Salgo corriendo a la cocina para seguir con la pasta, el entra detrás de mi y se lava las manos.
—¿Quieres que te ayude?
—No, gracias.
Se sienta muy cómodo.
—Cuéntame ¿ya estás trabajando?
—No.