Kai no estaba muy convencido, pero tendré suficiente tiempo para limar todas esas asperezas, mis alterados nervios se fueron calmando a medida que vi a Isaac con los preparativos para ayudar a Marchal.
Después del tremendo sermón que el doctor nos dio por no mantener mis emociones controladas, decidí mostrarle mi apartamento a Isaac… todo un día en el hospital ya me estaba cansando. Y quería que Isaac se relajara ya que no dejaba de mirarme con desaprobación por no obedecerlo cuando me advirtió que no me alterara.
Y como todo Alfa, nadie se atrevería a regañarlo, a excepción del doctor que se preocupa por el bienestar de su hijo, teniendo que tragarse su ego en ese momento. al llegar a mi puerta, me sentía un poco nerviosa.
Me sentía como una jovencita que lleva a su pareja por primera vez a su casa, no tengo recuerdo que cuando hemos disfrutado estar a solas, todas esas cosas me hacen dudar si abro la puerta para dejarlo pasar.
—¿Qué ocurre? –inquiere al notar que mi mano no muev