Llegué a casa hecha nada, Domenic drenaba por completo mi energía, cada cosa que salía de su boca era para decirme lo mala que era.
— ¡Cariño! — grito mamá desde las escaleras.
Yo cambié la cara y puse una enorme sonrisa, no quería decirle nada de lo que me había pasado.
Mamá bajo las escaleras y se acercó a mi.
— ¿Como te fue? — Me preguntó.
Yo sonreí aún más amplio.
— Exelente, Domenic es un encanto como jefe. hoy he aprendido muchísimo — Le menti de la manera más descarada.
A mí madre le brillaron los ojos de la felicidad.
— ¡Que bueno cariño! — Me dijo mamá.
— Deberías invitarlo a cenar — Me sugirió.
Yo negué con la cabeza lentamente.
— Es que él es un hombre muy ocupado y sería muy raro invitarlo tan pronto — Le dije.
Mamá asintió con la cabeza.
— Está bien, que sea en otro momento, pero me gustaría conocerlo, he oído hablar muy bien de él y también he escuchado que es muy guapo — Me dijo sonriendo.
Yo la quedé mirando, mamá no podía estar pensando en eso, Domenic era un horrendo