Terminé de correrme, después de tocarme durante unos minutos, pensando en ese tipo que hacía mis piernas temblar, tras un pulso entre mi cuerpo en llamas y mi mente, que se negaba a pensar en ese idiota después de lo que había sucedido.
Saqué la mano de mis bragas y me tumbé sobre el lado izquierdo de mi cuerpo, pensando en la última vez que dejé que él tocase mi cuerpo de esa forma. Apreté los ojos, horrorizada, en cuanto volví a ver a esa pelirroja en mi mente.
A él le gustaban las mujeres pelirrojas. Su ex novia tenía ese tono de cabello, y Macarena también. Entonces… ¿qué demonios vio en mí?
No vio nada, Luisa, él sólo quería acostarse contigo. Y lo consiguió, fuiste tan idiota que confiaste en él.
Me levanté de la cama, antes de que aquello hubiese podido conmigo,