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•••ಠ ͜ʖ ಠEstaba distraída en el taxi de regreso a su departamento, tanto que el taxista le tuvo que gritar que se bajara, que si no quería no pagara pero que saliera de su carro ya que lo estaba poniendo nervioso.Si se bajó y claro que le pago, solo que estaba más que metida en sus pensamientos que ni cuenta se había dado que llegó a su destino.Cómo zombi camino hasta las escaleras, no quería subir en el ascensor, no quería llegar tan rápido a si casa. ¿Y si después de todo el ya no la quería ver? O peor aún ¿Si después que estuvieran frente a frente el la terminará matando? Se sentía estúpida, porque podía ser una trampa y ella estaba cayendo redondita en ella.¿De que hablarían? Ella no era muy de hablar con las personas de frente, ella era mejor A través de la red, desde nadie la veía y podía desenvolverse mejor con cualquier tipo de conversación.Tenía que dejar de pensar es eso o se le secaría el cerebro de tanto pensar.Llegó a su departamento más rápido de lo que creyó, al entrar los nervios la atacaron fuertemente, ¿Y si no se había ido como pidió? Ella le dijo que mientras iba a su departamento no lo estaría vigilando pero el tenía que hacer algo por ella primero si realmente quería ganarse su confianza, extraño pero así estaban las cosas, se supone que el tenía que ganarse la confianza de ella no al contrario.Dejo su bolso tirado a un lado de la puerta y sus zapatos también.Se daría un baño, intentaría dormir un poco ya que no durmió mucho en casa de victoria por estar observándolo y esperaría que el tocará a su puerta.Una hora después saco su teléfono de su bolsillo y lo encendió después de todos esos días y le mando un mensaje.—"te espero en casa"Cinco minutos había pasado y Luciano no respondía, ya estaba empezando a creer que realmente él ya no la quería ver. Hasta que recibió un mensaje de él.—"Vaya, puedo acostumbrarme a esto"—“¿A qué?"—“A que mi chica me esté esperando en casa, llegó en unos minutos"Diez minutos pasaron y unos golpes en la puerta alertan a Alanna, era Luciano, lo sabía porque lo estaba viendo a través de una minúscula camara que está a un costado de la puerta.Con manos temblorosas abre y lo encuentra recostado al Marcos de la puerta limpiándose las manos con un pañuelo.—Hola pequeña —le dijo él incorporándose y dando un paso dentro de la casa sin permiso de ella claro.Se sentía diminuta frente a él que media un metro ochenta y ella apenas un metro sesenta, literalmente se sentía una umpa-lumpa a su lado.—Ho.hola—dijo tartamudeando para luego aclararse la garganta— ¿Estás bien? —le pregunto al ver sus manos las cuales ya se había terminado de limpiar, pero podía notar unas manchas de sangre en el puño de la camisa.—Si, no es mia—le dijo para tranquilizarla un poco y se acercaba a ella lentamente como un depredador se acerca a su presa, acorralandola.— Ya está echo.—¿No hubo problemas?—Ninguno, realmente fue muy patético pidiendo por su vida.—Gracias. — dijo débilmente cuando vio que Luciano cerraba la puerta y se desabrochaba la camisa lentamente.—Fue el trabajo más sencillo que he hecho, ahora espero recibir mi pago por eso.— le dijo con la voz ronca cargada de deseo.El la veía con ma detalles a medida que se acercaba más a ella, era realmente hermosa y esos ojos azules le daban un aura de tranquilidad absoluta.Ella tenía puesta una camisa blanca que el había dejado en su habitación, por alguna razón quería sentir su olor en su cuerpo.—¿Vas a pagarme, Alanna?.Y el no se refería a dinero, ese trabajo fue realmente sencillo como para cobrar por ello y menos a ella, matar al imbecil que intento violarla hace tiempo era como sacar la basura, para eso se llevó a su primo Gustavo más que todo para dejarle claro que el que intentará hacerle algo correría con la misma suerte, ver la cara de susto de su primo era épica. Sabía que después de eso no intentaría nada más, aún así no bajaría la guardia con él, nunca se sabe, en su oficio hay que tener ojos en todos lados.—Respóndeme Alanna, ¿Vas a pagarme lo que quiero?—... Si.—Esa es mi chica,— le dijo encerrandola en la pared con sus manos— Eres realmente hermosa Alanna... ¿Te comió la lengua el gato?—No... Yo... Es que, estoy nerviosa ¿Vale? No soy muy de hablar con las personas.—Tranquila que esos nervios te los voy a quitar a besos y folladas.Y la beso, fuerte, salvaje pero con ansias como si su vida dependiera de ello, y ella le siguió el beso con el mismo ritmo desesperado.Algo dentro de ella se activo al sentir sus cálidos labios contra los de ella y esa lengua invadiendola la hicieron prender la razón.La quería tener por completo, la molestia de querés matarla se había convertido en deseo y pasión, la quería hacer suya, nunca había deseado tanto una cosa en su vida como el querer tenerla por completo.Alanna estaba con la mente en blanco, sentía que existía solo para el en ese momento, tantas veces fantaseo que el la hacía suya y el momento había llegado, sentía que era parte de esos sueños húmedos que solía tener, pero no, no era un sueño.No supo en qué momento él la despojo de su camisa.—Definitivamente, el azul es mi nuevo color favorito— dijo haciendo referencia a la lencería azul que ella tenía puesta, la misma que tenía en la foto que él había visto de ella.Alanna vio como el se desnudaba frente a ella y trago grueso al ver su enorme miembro, verlo por cámaras no era lo mismo que verlo en persona, dicen que por cámaras todo se magnífica pero no, era un tremendo error. Por cámaras no se veía tan grande como ahora.Luciano vio su cara y sonrió de lado— no me digas que tienes miedo con lo que ves.—un poco si.—No voy a lastimarte, vamos a disfrutar esto como nunca ¿Eres virgen?—No.—Pues mejor todavía.No hiso falta decir mas, como dijo el le quitó la lencería o mejor dicho se la arrancó, haciéndola añicos asegurando que le compraría docenas con tal de quitársela de la misma manera cada vez que le diera la gana.La hiso suya una y otra vez hasta que ella no pudo más y se quedó dormida, era impresionante como su pequeño cuerpo lo recibió sin ningún tipo de inconvenientes, no sangro, no lloró, no se quejo, al contrario pedía más y más duro, cosa que inflo su ego.Las mujeres con las que había estado no lo resistían como ella, el lo tenía grande y no podía hacerlo como quería solo para no lastimarlas pero con Alanna no se contuvo en ningún momento.Eran las tres de la madrugada cuando salió del departamento de Alanna, tenía un asunto que resolver.Los rayos del sol la despertaron, tanteo la cama buscando el calor del cuerpo de Luciano pero no lo hago, en su lugar una cama vacía y desordenada era lo que le daba los buenos días.¿Que más podía pedir? Por lo menos no la había matado como dijo ¿Pero porque irse sin despedirse si quiera?( ⚈̥̥̥̥̥́⌢⚈̥̥̥̥̥̀)♥━━━━━━━━━╬☆♡✩╬━━━━━━━━━♥•••( ͝° ͜ʖ͡°)ᕤLuciano se sentía terrible por haber dejado así a Alanna, no queria siquiera imaginar la clase de cosas que pudo haber pensado cuando amaneció y no lo vio a su lado.Habían pasado dos semanas, era al rededor de las dos de la tarde cuando estaba llegando a su casa, saco el dispositivo que bloqueaba cualquier señal de su casa, puesto que seguramente ella lo estaría observando, como siempre, no quería que ella supiera lo que tenía en mente solo esperaba que entendiera el porque lo hacía. Si quería tener éxito en todo tenía que pensar con la mente fría.Pero tenía un par de trabajos que hacer, no era como que le faltará dinero, ya tenía suficiente como para vivir cómodamente por unos años, pero era un hombre de palabra además le gustaba su trabajo, le gustaba matar, ¿Bizarro no? Pero así era, un sicario, del mejor en su oficio. Por eso lo contrataban los mejores mafiosos y hasta del gobierno para no dejar ningún cabo suelto.¿Que haría
EXTRA...KATERIN, AMOR EN LAS SOMBRAS Una tarde de verano Katerin Nara conducía feliz por la carretera , su cabello castaño le ondeaba con el viento a causa de la velocidad que llevaba , estaba feliz porque su padre le había obsequiado un coche antes de su cumpleaños, un hermoso Audi blanco, sentía que flotaba en la carretera, ella pensaba que se lo iba a regalar para su cumpleaños pero se adelanto.- Pero, que tanto? - Pensaba ella solo faltan pocas semanas para mi cumpleaños, aunque él había prometido dárselo para ese día, esa mañana cuando katerin salio para ir a trotar se sorprendió al ver ese hermoso auto con un gran lazo rojo arriba, frente a su casa, tení una nota pegada en el limpia parabrisas que decía"Para mi niña adorada te amo con todo ni corazón espero te guste tu regalo de cumpleaños adelantado.Con amor papá"No lo podía creer, su propio auto, ya no tendría que usar el de su padre, podría salir con sus amigas tranquilamente y pasear por la cuidad con su bello co
Unos cuantos años después.Luciano no se acostumbraba a la invasión de privacidad de su mujer, es que ella ya sabía que él llegaba a casa mucho antes de siquiera tocar a la puerta.Dónde el estuviera ella lo observaba, sabía a dónde iba y con quien estaba. Digamos que es como un hobby para ella acosarlo a través de la red. Pero realmente no le importaba, ya no. Ahora estaba... Feliz de que su vida fuera más... Normal.—¿Quieres que te lleve algo?— Hablo Luciano a la nada. Estaba caminando en un parque cerca de una pequeña pero lujosa residencia. A los pocos segundos, cuando mucho tres segundos después, recibió un mensaje.— un helado de chocolate.El sonrió y se desvío a una heladería. A veces más personas lo veían extraño por estar hablando solo. Es que el simplemente podía hablar con Alanna por mensajes de WhatsApp o por notas de voz, pero no, él prefería hablar solo y ella le respondía por medio de un mensaje, eso se había convertido como en una costumbre para ellos, y es qu
•••( ⚈̥̥̥̥̥́⌢⚈̥̥̥̥̥̀)Alanna estaba comiendose las cutículas de los nervios, estaba en una encrucijada, no sabía que hacer, si dejar todo a la suerte y que fluyera por si solo, que pasara lo que tuviese que pasar o intervenir de alguna manera.Pero si intervenía ¿Cómo lo hacía? ¿Que comodín tenía? Llamar a un amigo no era una buena opción así que lo descarto de inmediato. No, no llamaría a su mejor amigo.El otro comodín sería contactar con la mente maestra más grande del mundo, el Internet y así, con suerte esperaba que su "situación" tenga solución quizás si entraba en alguna red del gobierno y veía algunos planes estratégicos, quizás podría servirle... Pero no, no contaba con el tiempo suficiente. Y el último comodín, actuar. Sería muy sutil,. Dejaria un simple mensaje que con suerte podría ver y entender.Pero realmente estaba Estresada, así era como se sentía.Su concentración estaba puesta en las pantallas que estaban frente a ella, el resplandor de las luces era lo que
•••ಠ_ಠEstaba estresado, y tenía mucha hambre, dos cosas que lo alteraban ¿Era mucho poder comerse un bocadillo tranquilo? Pero estaba viendo un programa de lo más interesante en la televisión y no quería pararse a prepararse algo porque tendría que despegarse de la pantalla. Pero Alguien le estaba fastidiando los cojones, lo sabía, y eso simplemente significaba una cosa, que ese alguien, tenía que morir.No estaba de humor eso estaba más que claro.El sonido de su teléfono le saca un gruñido, era un correo. Le resto importancia ¿Quien mandaba correos en pleno siglo veintiuno? Pero más a un, a su teléfono personal. Realmente iba a tener que levantar su trasero de la cama e ir a la cocina a prepararse algo de comer, su estómago ya le estaba reclamando desde hace dos horas. Pero volvió a sonar su teléfono, otro correo. Y otro.Y otro.La pantalla de la televisión cambio de imagen y salieron franjas de colores luego se volvió negra con infinidad de pequeñas letras color ve
•••( ͝° ͜ʖ͡°)ᕤMuy bien, tenía que pensar con claridad, los nervios la estaban matando. Lo que si sabía era que tenía que huir, escapar, esconderse bajo las rocas más grandes que están en el fondo del mar, en un lugar bien alejado de dónde estaba horita.Y ¿Porque? Porque Luciano Carpini la iba a encontrar y la iba a asesinar, como ella lo imaginaba lenta y dolorosamente, de solo imaginarlo la piel se le ponía de gallina.Así que ahí estaba ella. Con una pequeña maleta metiendo lo primero que encontraba.Es que después de ver cómo mataba con sus propias manos a él susodicho que se suponía tenía las pelotas más grandes del universo para atreverse a matar a Luciano, quedó con la sangre congelada.Recordaba muy bien la escena, lo vio entrar a la cocina he ir a la nevera por un bocadillo, el muy condenado tenía una puntería envidiable y unos reflejos impactantes. Vio como colocaba el arma que tenía en la mano detrás de su espalda para así poder comer con más tranquilidad,
•••(◔‿◔)Luciano contemplaba el edificio donde vive Alanna, su hacker realmente vivía en uno de los más caros y lujosos. Su departamento estaba equipado con toda clase de tecnologías, muy avanzadas de hecho, unos cuantos estantes de libros, muchos en realidad. Luciano respiro el aire del apartamento y se sentía realmente agradable, casi exótico, se sentía como en otro mundo, plantas y libros por doquier pero debidamente ordenados. Estaban acordes con la decoración del lugar. Cuadros de animales y paisajes que armonizaban todo.Era realmente relajante.Estaba pensando porque se apresuró en llamarla, eso fue una clara advertencia para que hullera del lugar, él no quería eso, tal vez si no la hubiera llamado, la hubiera encontrado ahí, acorralando a su presa.Pero ya no estaba, había huido de él, aunque no era posible, tarde o temprano la iba a encontrar, siempre encontraba a sus presas, siempre.Al poco tiempo de haber acabado con la insignificante cucaracha que quiso tener b
•••乁༼☯‿☯✿༽ㄏEn boxer.Estaba en estúpido boxer.El mismísimo Luciano Carpini estaba paseándose en boxer por su modesto departamento.Desde el minuto uno que salió de su departamento ella se conecto a la red de su casa, desde una tablet.Cuando su tablet vibró anunciando que un intruso estaba en su hogar se alarmó, creyó que cuando volviera a su departamento iba a tener que hacer una limpieza profunda, porque él le destruiría todo lo que tenía.Pero no. El muy desgraciado se estaba paseando en boxer como si de su casa se tratara. Al no tener audio en la tablet, no podía saber que decía, recibió una llamada telefónica y no pudo saber quién era, pero por las acciones que hacía podia darse una idea. Estaba hurgando en las gabetas de la cocina buscando lo único que tenía, galletas.—¿No piensa irse de tu departamento? — le dijo su amiga Sentándose a su lado en la cama, dónde ella estaba, pero Alanna tenía la vista clavada en la tablet.—No lo se.Le gustaba estar en su casa,