Aunque Claus decía que no le importaba, en su interior todavía sentía un poco de celos por esta situación. Después de todo, en las fotos, Estrella parecía muy feliz y radiante al ver a Yael.
La mayoría de las fotos tomadas mostraban una sonrisa en su bello rostro, una sonrisa sincera y natural que emanaba desde el fondo de su corazón.
Cuando volvieron a casa, Claus le entregó las fotos a Estrella directamente. Su expresión estaba un tanto incómoda, y en su mirada se percibía un rastro de rencor e intriga.
Estrella observo las fotos muy casualmente y, la reacción de Claus luego alzó una ceja y preguntó: —¿Te preocupa?
Claus se inclinó directamente hacia ella, la abrazó con gran fuerza, apoyó su barbilla en su hombro. —Por supuesto que me preocupa, y vas a tener que compensarme de forma muy especial.
Dicho esto, Claus la abrazó y la besó con gran pasión.
Estrella sabía que esta sería su forma de compensar, su momento de angustia.
No ofreció resistencia y, al pensar en cómo Estrel