Por la noche, cuando Claus se retiró a su estudio para ocuparse de los documentos; Estrella aprovechó la oportunidad para regresar a su habitación, cerró la puerta con llave y llamó a Yael. Brevemente, le describió los acontecimientos y luego le ordenó a Yael: —Contacta al director del banco en Suiza y averigua sobre esta cuenta. El director es un viejo amigo de mi maestro, así que no debería haber problemas.
Yael afirmó levemente y luego de colgar se dirigió a cumplir con la tarea encomendada.
Estrella entendía que, si dejaban que Claus y los demás manejaran este asunto, especialmente cuando involucraba un banco suizo, el progreso sería extremadamente lento. Por lo tanto, decidió brindarles su ayuda.
Después de todo, las acciones de Andrés y Andrían, representaban una gran amenaza para Claus, y eran insaciables. No importaba cuánto obtuvieran, nunca estarían satisfechos. La única salida parecía ser entregar el grupo Burgos en sus manos, pero eso era imposible.
La competencia entre And