De regreso a la mansión, Estrella colocó su mochila en la mesa de la sala junto con el material de la competencia de matemáticas.
Luego, se recostó en el sofá y a distraerse perezosamente jugando juegos de video. Poco después de que Estrella llegara a casa, Claus también regresó.
Al ver el material de la competencia de matemáticas en la mesa, preguntó: —¿Vas a participar en la competencia de matemáticas?
Él ni siquiera sabía que a la niña le interesaban tantas cosas diferentes. Ella era buena en sus estudios, talentosa en la actuación y tenía muy buenos resultados en los debates. Claus realmente se preguntaba en qué tipo de ambiente había crecido Estrella.
Estrella seguía recostada en el sofá, con tono despreocupado: —No, no voy a ir.
Ella levantó la mirada y miró a Claus: —¿Tú quieres que participe?
—Si te gusta, participa; si no te gusta, no lo hagas. No necesitas preocuparte por lo que yo piense—respondió Claus sin darle importancia a eso. La competencia de matemáticas era solo un p