Javier estuvo presente personalmente para presenciar la pelea.
En cambio, los hombres de Jonathan actuaron de manera absurda y ridícula, como payasos en circo de barrio. Sin embargo, el mismo Jonathan no tenía ninguna idea de lo que estaba sucediendo.
Luego, Javier regresó a informar a Claus. Quien lo elogió diciendo: —Lo hiciste muy bien.
Mientras tanto, Jonathan estaba en un hotel, del cual era cliente habitual, disfrutando de la compañía de dos sensuales extranjeras. Las dos mujeres le daban de beber y le daban frutas, mostrándose muy elegantes. Además de atender asuntos de trabajo en este país, también venía aquí para disfrutar, relajarse y darle vuelo a la hilacha.
Él pensaba que si enviaba a alguien para enseñarle una lección a la Comisión, no se atreverían a meterse con ellos de manera imprudente.
Javier estaba muy contento de haber resuelto el asunto, ya que así podría recibir elogios de su abuelo y obtener algunos otros beneficios. Aunque se tomara un tiempo libre, su abuelo n