En el aire se respiraba una tensión palpable, un silencio que duró mucho tiempo, y la policía también llegó.
Llevaron a Jonathan directamente. —Jonathan está acusado de asesinato y debe cooperar con nuestra investigación.
Cuando se llevaron a Jonathan, aún estaba consciente. Con ojos suplicantes, miró a Abelardo, esperando que Abelardo pudiera salvarlo.
Pero las pruebas estaban delante de ellos, y Abelardo no tenía otra opción.
Ver la mirada de su propio hijo lo afectó profundamente.
Solo podía esperar a que Jonathan estuviera en la comisaría y luego pensar en otras formas de ayudar.
¿Quién hubiera pensado que Claus, que acababa de llegar a armar alboroto, llamaría a la policía de inmediato?
Después de que todos los agentes se fueron, Claus miró a Abelardo, Fermín y Caín, y les advirtió: —Si la rama familiar del segundo hijo y la rama familiar del tercer hijo aún quieren causar problemas, los llevaré uno por uno. No lo creen, simplemente pruébenlo. Con lo que han hecho, ya es su