23.La felicidad siempre es efímera. 
Los días pasan, vamos a Santorini, Atenas y Naxos, todos igual de hermosos, finalmente estamos en Bangkok, Tailandia, nuestro último destino.
  —Le voy a enviar a mi madre todas las fotos que tomamos, para que las imprima y les compre un marco para ponerlas en la pared de la escalera —digo dejándome caer a la cama.
  Rowan entra con las manos llenas de bolsas con cosas que compré, en cada ciudad ha sido así, las deja sobre el suelo.
  —¡Oye, son regalos para nuestros amigos y familia! Trátalos con amor.
  —Me has hecho caminar como un burro cargando todo eso, estoy harto.
  —Cada quien carga como quiere, tu problema, mi amor.
  Acomoda las bolsas y se acuesta a mi lado, pasando su brazo por debajo de mi cuello, está algo bronceado y suspira.
  —Mamá ya sabe, lo del embarazo de la amante de mi padre.
  —¿Y qué dijo? —lo miro sorprendida.
  —¿Qué va a decir? Nada, Amy me llamó, se enteraron porque la mujer le envió un mensaje con la ecografía, dijo que mi madre se limpió las lágrimas