— ¿Por qué haces esto? —preguntó una vez que salió de su aturdimiento.
—Esto es lo que hacen los humanos cuando entran con su mujer a su casa ¿No?
—Ya, pero tú no eres un humano, eres un macho cambiaformas y esto no es lo que se dice un matrimonio normal así que ahórrate las absurdas costumbres pasadas de moda, además yo no soy tu mujer.
—No lo creo —sonrió burlón.
Y el corazón de Callista dejó de latir por un momento.
¿Por qué era tan arrebatadoramente guapo y jugaba así con ella?
—Pues ya se te está haciendo costumbre no creer en lo que digo.
135 se detuvo de golpe, entonces su sonrisa se borró y en unos segundos ya no estaba en sus brazos sino en el sofá frente a él.
Sus ojos la miraron como si buscara algo en ella, su mirada era intensa pero no duró demasiado entonces gruñó antes de irse a la habitación dejando a una Callista muy desconcertada.
No durmió con él como ya se había imaginado, Callista se dio cuenta que aquel show frente a Leo solo había sido para marcar territorio por