Capítulo 261Hailey bajó del auto con una sonrisa pícara en su rostro. El viento de la mañana despeinaba su cabello rubio, y el olor familiar de la tierra mojada le apretó el corazón de nostalgia. Se volvió hacia el chofer con aire de travesura:— ¿Usted sabe que yo y los estacionamientos estrechos no nos llevamos, verdad? — dijo, entregándole las llaves con una sonrisa cómplice.El chofer rio, moviendo la cabeza.— Ya me di cuenta, señorita Hailey. Puede dejar que yo estacione por usted.— ¡Gracias! Y, por favor, deja mi maleta en el vestíbulo. — pidió ella, con ese dulce tono que nadie podía negarle.Entró lentamente por la puerta principal de la mansión, el olor a comida era delicioso.En la sala, su madre estaba sentada en el sofá, riendo por algo que Livia contaba con emoción. La hermana menor gesticulaba tanto que casi tiraba la taza de té de la mesa.Hailey se detuvo un instante en la entrada, observando la escena con una sonrisa emocionada. Sintió falta de ese calor de hogar,

Capítulo 263Aurélie caminaba rápido, intentando ignorar la turbulencia que sentía por dentro. Al darse cuenta de que ya no podía contener las lágrimas, desvió la mirada y se dirigió al baño.En cuanto cerró la puerta tras de sí, se apoyó en el lavamanos y se miró en el espejo. Sus ojos centelleaban, reflejo de la rabia y frustración que sentía. Algunas lágrimas escaparon, recorriendo su rostro, y ella las secó rápidamente con el dorso de la mano.— ¡Maldito Blake! — murmuró, la voz cargada de resentimiento. — Mi plan me salió mal… No debería haberme involucrado.Aurélie respiró hondo, intentando calmar el corazón que latía acelerado. Se sentía dividida entre la rabia hacia sí misma y la confusión que Oliver despertaba en ella. Cada gesto suyo, cada mirada, parecía desestabilizarla de maneras que nunca había sentido antes.— Maldita sea, Aurélie… — se dijo a sí misma, moviendo la cabeza. — ¿Por qué me afecta tanto?Respiró hondo una vez más, se lavó el rostro y se recomponía, intentan

Capítulo 265Aurélie llegó a casa sin siquiera recordar cómo había logrado conducir hasta allí. Sus manos temblaban cuando dejó las llaves sobre la mesa de centro. El vestido blanco estaba arrugado, el cabello despeinado, los ojos vidriosos.Caminaba de un lado a otro, descalza, el corazón latiendo rápido por todo lo que había escuchado esa noche.— Maldito J.D… Maldito Alexander… — murmuraba entre dientes. — Hombres… todos iguales.Se detuvo frente al espejo de la sala y se observó con ironía.— Hermosas, inteligentes, fuertes… y aún así somos dejadas a un lado. Yo, mi madre… — rio, amarga. — Quizás sea el destino de las Duvall.El recuerdo de Oliver apareció como un rayo, y ella soltó un bufido, poniendo los ojos en blanco.— Uf… ese idiota también me cansa. Guapo, arrogante… e incapaz de apegarse a alguien.Se mordió el labio inferior, sintiendo una punzada de deseo, y se susurró a sí misma con una sonrisa:— Pero… daría cualquier cosa por acostarme con él.Dejó escapar una risa br

Capítulo 267Mientras tanto, en el edificio de Blake Corporation, el caos se había apoderado del lugar. Los bomberos se movían rápidamente entre el humo y el sonido amortiguado de la alarma de incendios.— ¡Fuego controlado! — gritó uno de los bomberos, quitándose el casco y secándose el sudor de la frente. — Vamos a hacer un barrido completo del piso. ¡Quiero saber el origen de esto inmediatamente!Los otros asintieron, esparciéndose por la sala empapada por el agua de los aspersores. La alfombra estaba ennegrecida, papeles pegados al suelo, y el fuerte olor a quemado se mezclaba con el de plástico derretido.Uno de los investigadores del cuerpo de bomberos se acercó, observando el escenario con mirada técnica.— El fuego comenzó cerca del escritorio principal — dijo, agachándose para examinar los cables quemados. — Parece que fue aquí… quizás un cortocircuito.— O algo más — murmuró otro bombero, frunciendo el ceño. — ¿Ve? La marca de la quemadura es muy concentrada. Esto no parece

Capítulo 269Alexander entró al estudio de la mansión. Matthew lo seguía en silencio. Se detuvo frente a la ventana, observando el jardín iluminado por el final de la tarde, y soltó un suspiro pesado.— Los peritos estuvieron allí todo el día — dijo, sin volverse. — Aún no han divulgado el informe, pero el investigador cree que el incendio no fue accidental.Matthew se acercó, cruzando los brazos.— Espero que descubran pronto quién fue. Parece que fue algún empleado.Alexander giró lentamente para mirarlo.— De eso no tengo dudas. — Dijo con convicción. — Y cuando sepamos quién fue, te garantizo que esa persona se va a arrepentar profundamente de haber metido las manos con la familia Blake.Matthew asintió, sintiendo el peso de las palabras de su padre.— Vi el estado en que quedó Scarlett… y Roger también. Si él no hubiera logrado salir, podría haber muerto.Alexander apoyó las manos sobre el escritorio de caoba, inclinándose un poco.— Por eso quiero que nadie comente nada fuera. N