Capítulo 192Él entrelazó sus dedos con los de Scarlett al salir del restaurante, como si ese gesto fuera la única forma de mantenerlos firmes frente a lo que les esperaba.—¿Damos un paseo? —sugirió, señalando la entrada del parque ecológico que quedaba justo al lado.Scarlett vaciló por un instante, pero asintió.—Sí… quiero respirar un poco.Cruzaron el portón, escucharon el canto lejano de algunos pájaros. Caminaban despacio, sin prisa, como si cada paso fuera un regalo que no sabían cuánto tiempo podrían disfrutar.Scarlett apretó su mano.—Es extraño… —dijo en voz baja. —Parece que nos estamos despidiendo.Matthew se detuvo, dándose vuelta hacia ella. Sus ojos estaban serios, pero había dulzura en ellos.—No quiero pensar así. Mientras no tengamos el resultado, todavía somos solo nosotros dos.Ella respiró hondo, el pecho pesando.—¿Y si el resultado cambia todo?Él la atrajo más cerca.—Entonces guardemos este momento. Aquí, ahora. Solo tú y yo, sin nadie, sin pasado, sin futur

Capítulo 194Mientras tanto, en el apartamento, Matthew llegó cansado, con el corazón apretado por la conversación con sus padres biológicos.Lanzó la mochila al sofá y fue directo a la mesa de la sala,donde encontró una nota de la mujer que limpiaba la casa."Señor Matthew, los hombres vinieron hoy a desarmar el armario del dormitorio de su padre. Encontré algunas carpetas y, para no deshacerme de ellas sin certeza, las dejé todas organizadas sobre la mesa. Buenas noches. — Clara"Dejó el papel en la mesa y suspiró. No tenía cabeza para lidiar con nada más, pero la pila de carpetas parecía llamarlo. Algunas estaban empolvadas, otras con etiquetas amarillentas por el tiempo.“¿Carpetas? ¿Qué diablos escondías, papá?” murmuró, tomando la primera.La tapa dura tenía el nombre de la empresa, pero cuando la abrió, encontró no solo documentos de negocios, sino también informes con nombres y fechas tachados con bolígrafo rojo.Tomó otra carpeta, escrito confidencial, y el impacto fue aún ma

Capítulo 196La habitación aún estaba oscura cuando Scarlett abrió los ojos. Lo primero que sintió fue el peso en el pecho, como si la noche no hubiera sido suficiente para alejar los recuerdos del día anterior.Con movimientos lentos, estiró el brazo hasta el bolso dejado junto a la cama. Buscó en el bolsillo interior y encontró la caja de píldoras. La sostuvo firmemente entre sus dedos.Suspiró hondo. Por unos segundos, solo se quedó mirando el medicamento, como si ese pequeño objeto pudiera decidir el rumbo de su vida. Sus labios temblaron, y movió la cabeza, devolviéndolo al bolso.Hoy no.Tomó el celular. La pantalla iluminó la habitación oscura, revelando la fecha: viernes, 1 de agosto.El corazón se le apretó. El sábado viajaría con Maddy. Eso significaba que perdería el tradicional almuerzo con sus hermanos… pero, para ser sincera, no se sentía lista para enfrentar eso. El golpe del día anterior aún estaba dentro de ella, como si hubiera recibido una paliza invisible.Cerró lo

Capítulo 198Fueron a un restaurante cerca de la empresa, uno de los favoritos de su padre.Se sentaron en una mesa cerca de la ventana. El mesero trajo los menús, pero Livia ni siquiera abrió el suyo.—Hija, ¿vas a elegir? —preguntó su padre, analizando las opciones con seriedad.—¿Hum? Ah, puedes elegir por mí, papá —respondió soñadora, con la mirada perdida en la nada.Él la observó, extrañado.—¿Estás bien? Pareces… distraída.—¿Yo? ¡Estoy genial! —intentó disimular, enderezándose en la silla. Pero segundos después suspiró hondo, apoyando la barbilla en la mano.—Livia… —cerró el menú, desconfiado. —¿Qué está pasando?Ella se mordió el labio, intentando no sonreír, pero terminó soltando:—Papá… ¿quién es ese hombre que salió de tu oficina? Alto, cabello oscuro, traje maravilloso… sonrisa de película…El padre alzó la ceja.—¿Estás hablando del nuevo abogado de la empresa?—¡Abogado! —Livia casi se derritió en la mesa. —¡Claro que tenía que ser abogado… Dios mío, Helena tenía razón

Capítulo 200—Déjala en paz. Tú no sabes lo que quieres… —dijo Matthew, nervioso.—¡Yo la quiero a ella! —gritó Ryan al otro lado de la línea. —¡Te juro que la quiero! Fui a tirarme un polvo con otra, amigo, ni siquiera se me paró. ¡Salí corriendo! No quiero a otra, ¡es Maddy!—No sé cómo puedo ayudarte —respondió Matthew, más calmado. —Estoy enfrentando algunos problemas…—¿Cuáles? —insistió Ryan.—Otro día te lo cuento.—Entonces ayúdame… —rogó Ryan. —¡Voy a volver a casa, mañana por la mañana voy a armar un lío frente a la mansión para descubrir dónde está!—¿Y yo qué tengo que ver con eso? —preguntó Matthew, con la paciencia al límite.—Después te cuento. —Ryan colgó abruptamente.Matthew suspiró y se recostó en el sofá.—Ese tipo está loco… —murmuró para sí mismo.Se estaba preparando para dormir, pues ya era tarde, cuando su celular vibró. Era un mensaje de su madre biológica:"Creo que debes estar descansando. Estoy muy feliz de que aceptaras venir a almorzar y conocer a tus he