Punto de vista de JavierTamborilear los dedos contra la mesa de caoba, apretaba y aflojaba la mandíbula.Después de un rato, me hundí en la silla, frotándome la sien dolorida, solo para emitir un gemido gutural de frustración.Llevaba casi veinte minutos mirando el mismo documento y no había asimilado ni una sola línea.No porque fuera complicado, sino porque cada vez que parpadeaba, la veía.Gabriela Álvarez, la futura esposa de mi hermano y mi futura cuñada.Su rostro de esta mañana, con los ojos muy abiertos, sonrojado y tembloroso, me enviaba una punzada de algo que me negaba a nombrar directamente al pecho.Y lo odiaba. Odiaba que se hubiera metido en mi cama, en mis pensamientos y en mi día sin invitarla.Me incorporé y volví a concentrarme en la hoja de cálculo que brillaba en el monitor, apretando los dedos alrededor del bolígrafo.Números, cifras, inversiones y contratos estaban por toda la mesa.Las fechas límite me devolvían la mirada, pero no podía concentrarme porque no
Leer más