Punto de vista de LailaMe siento en mi escritorio fingiendo concentrarme en la pantalla. En realidad, veo a la gente colgar una pancarta plateada gigante que dice ¡ADIÓS, AÑO VIEJO!, pero la "D" de ADIÓS se cae constantemente, convirtiéndola en ¡ADIÓS! La verdad es que se siente apropiado para cómo va mi vida.Toda la oficina parece una sobredosis de cafeína y confeti. Adondequiera que miro, alguien está colgando luces, inflando globos o discutiendo sobre qué lista de reproducción grita "diversión corporativa de Nochevieja" sin sonar como un mal DJ de bodas."Deja de fruncir el ceño", dice Inés, deslizándose en la silla junto a la mía con un mechón de pelo brillante y perfume de canela. "Se te va a quedar la cara así".No la oí acercarse. Inés siempre se mueve como si flotara, ligera y segura, sonriendo a todos como si fuera la dueña del lugar. "No estoy frunciendo el ceño", miento."Sí que lo estás haciendo". Me da un codazo en el brazo. "Se supone que esta fiesta es divertida, Lai
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