Olivia tomaba con calma su café, a la vez que disfrutaba del paisaje, aunque la noche ya había caído, no podía evitar pensar en todo lo que Amir le había dicho, más aún en el dolor que se veía en la mirada del CEO.Mientras tanto Amir no lograba comprender, ¿cómo no se había dado cuenta antes?, o mejor dicho, ¿cómo era posible no haber aceptado las palabras que su madre Alejandra y su hermana Leila siempre le dijeron?, parecía absurdo, casi irrisorio, el descubrir ahora, que su madre biológica realmente lo amó, y lo pensó a lo largo de su vida, y aunque bien podría sentirse aún más frustrado que antes, por el solo hecho de no haber podido conocer a Misha, no era el caso, se podría decir que por primera vez después de mucho tiempo, el diablo italiano estaba en paz.—Es mejor que continuemos, aún nos quedan 4 horas de camino.Olivia río, no por los dichos de Amir, más bien fue la forma natural en la que este pasó su brazo por su gruesa cintura, para finalmente depositar la palma de su m

Actúen de forma normal, esa había sido la orden de Alejandra Santoro Rossi, pero sus hijos estaban muy lejos de ser normales.—Tal parece que ustedes se conocen muy bien, ¿verdad?Kenneth, fue el primero en decir algo, mientras Amir le daba una mirada significativa a Olivia, quien comprendió de inmediato que su imponente jefe, tal parecía que tenía un poco de miedo, de informarle a sus padres que pronto serían abuelos.—Por Dios santo Kenneth, ¿acaso no la reconoces?, es su secretaria.Escupió entre dientes Fayna, y Olivia comenzó a olvidarse el motivo por el que le temía a la familia de Amir.—Así es, tienes razón, soy su secretaria, ¿tienes algun problema con eso niña? — rebatió Olivia clavado sus ojos en la joven.—Esto es realmente emocionante Amir, tal parece que al fin una de tus novias pondrá en su lugar a Fayna.Cada músculo de Olivia se tensó, porque ella recordaba muy bien cada palabra que Amir Rossi le había dicho, y entre ellas estaba la frase en la que el CEO le aseguraba

Amir dejó a Olivia en la cama, no sin antes dar la orden de que llamaran al médico, aunque luego de tanto tiempo, Alejandra había adquirido ciertos conocimientos de medicina, por lo que le aseguró a Amir que el desmayo de Olivia, se debía pura y exclusivamente al embarazo, de más estaba decir que en la mirada de la mayor solo permanecía una orden, y eso era que quería una explicación, por lo que Amir simplemente, guardó la urna dentro de la caja fuerte y salió al pasillo con toda su familia, porque no pensaba alejarse más que unos simples pasos de Olivia.—Dime qué es lo que sucede Amir, y dime la verdad.Bajo todo pronóstico, Alejandra no se notaba molesta, tampoco era mera curiosidad su pregunta, porque para Alejandro Santoro, Amir siempre sería su hijo, por lo tanto, solo quería comprenderlo, ella mejor que nadie sabía que Amir había huido de ellos, como también había escapado de su familia en Turquía, los sabía dejado adrede, y ahora que por fin retornaba, todo se complicaba gracia

Olivia llegó al comedor, en el precisó momento que la señora Rossi daba las indicaciones a las empleadas para servir el suculento almuerzo, Risotto a la milanesa, algo que por supuesto hizo salivar a Olivia, pues esta joven había acostumbrado a su cuerpo a ingerir grandes cantidades de alimento cuando estaba estresada, aunque claro que no siempre fue así, más bien fue un efecto secundario de la medicación que ocuparon para salvarle su vida, pero luego estar constantemente comiendo fue algo que se arraigó en ella y, aunque ahora lo podía manejar hasta cierto punto, eso no quitaba el hecho de que cuando las preocupaciones la invadían, la comida era algo fundamental para mantener el control de sí misma.— Olivia, ¿cómo te sientes?, estaba esperando que Amir me informara si habías despertado, ¿necesitas que llame a un médico, para que te revise?Amir en verdad tenía razón, esa mujer era una Santa, porque Olivia estaba muy segura de que su madre Inés, jamás podría sonreírle a Julieta si es

Amir no se atrevía a ver el rostro de Olivia, en cambio sus ojos vagaban por el viñedo, sin embargo, la vista de Olivia era incapaz de despegarse del rostro cargado de arrepentimiento de Amir, su lado siempre correcto, con los valores bien aprendidos, le susurraban que el hecho de que Amir se sintiera mal, era lo correcto, sin embargo, su lado razonable, aquella parte que se había alimentado con el correr de los años y las experiencias vividas, le hacían notar lo lógico, no estaban hablando de algo que hubiese sucedido en sus tierras, y aunque el mundo debería de regirse por leyes similares, Olivia no podía simplemente hacer la vista gorda, a que en el mundo existían diferentes culturas, cada una con leyes y normas establecidas, que para las personas normales, podrían considerarse normas descabelladas, pero eso no quitaba que existieran, claro que para Olivia el hecho de que el presidente de Francia le ordenara asistir a un embajador o a quien fuese, no la llevaría a ella, a no poner