Me paré frente al espejo, con las manos en las cadera, admirando la vista, no el horizonte, sino a mí misma.Cabello despeinado, ligeramente ondulado, que de alguna manera parecía intencional, el tono perfecto entre castaño y un balayage caro. Ojos almendrados que podían mentir, coquetear y amenazar al mismo tiempo. Labios llenos, suaves, tercos e injustamente besables. Mi piel brillaba como si hubiera dormido sobre seda en lugar de ansiedad, y mis pómulos… estaban esculpiendo su propia leyenda.“Vaya,” le dije a mi reflejo, sonriendo. “Deva Cassel nunca podría.”Bueno, tal vez podría. Pero no hoy. Hoy es mi momento.“Está bien, Isla,” dije, con voz ligera pero firme. “¡Eres el paquete completo! Caos, carisma y pómulos asesinos. ¡El mundo no está lista para ti, chica!” Guiñé un ojo juguetonamente.Me apliqué un poco de lápiz labial y sonreí más ampliamente. “Nada mal, chica. Nada mal en absoluto. Pareces dueña del edificio, o al menos del lobby.”Por una vez, no había nerviosismo en m
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