~Marian~—¡Mierda! ¡Mierda!Le pego repetidas veces a la pared, la frustración ha llenado mi cuerpo, y las lágrimas que no dejé salir antes ahora corren por mis mejillas. ¿Por qué me duele el despreció de Luck? Yo sabía en lo que me metía y acepté, no puedo permitirme estar mal.Es una clase de dolor que antes no sentí, quizás por eso mi padre me ha cuidado tanto del mundo, no quería que nadie me hiciera sentir mal.—Marian, cariño. La voz de Stefan me hace secar las lágrimas, no quiero que me vea mal, sin embargo, se pone frente a mí y desliza sus pulgares por mis mejillas. Antes de que diga algo me abraza, logrando que mi cabeza quede en su pecho.—Gracias —susurro.—Yo siempre estaré para ti, aún cuando no sepa qué te pasa —me da una sonrisa tranquilizadora—. Incluso cuando no me quieras contar qué tienes. No puedo evitar mis ganas de llorar y las lágrimas pasan a ser un llanto continuo, solo puedo sentir a Stefan apoyarme y me enoja que sea yo la que le vaya a romper el corazón

~Luck~A veces conocemos personas que se vuelven importantes en tan poco tiempo que nos sorprende su capacidad para envolvernos y hacernos sentir que las necesitamos o que ya hacen parte de tu vida, es esa necesidad que sabes que tienes que llenar porque aumenta día a día y te corrompe el alma Nunca imaginé que la mirada llena de dolor de Marian por cada palabra que le dije después de tener sexo con ella se quedaría clavada en mí y no me dejaría dormir por días, no caí en cuenta que la estaba lastimando, ella me había entregado algo importante para cualquier mujer; su primera vez. Tal vez, en mi estúpido orgullo y arrogancia creí que me buscaría, pero han pasado días desde la discusión y no he sabido nada de ella, tengo su número, lo conseguí en el celular de mi hermano, y cada vez que intento mandarle un mensaje lo borro, mi cobardía es tan grande que tengo miedo que me rechace.Yo estoy casado y ella es mi cuñada, no debería sentir deseo por su cuerpo y menos ansiedad por no verla

~Luck~La junta fue larga, pasé toda la tarde en la empresa, pero quedé con Miguel de ir a una discoteca, solíamos ir antes y la pasábamos bien, disfrutábamos hasta ya no poder más. La única diferencia ahora es que me encantaría que Marian fuera, quiero estar con ella, aunque me quiera lejos por todo lo que le dije. Llegamos a la discoteca y lo primero que hacemos es pedir los tragos, mi amigo saca unas chicas a bailar y yo solo me siento a mirar, mientras me tomo todos los tragos posibles, el ambiente no está para nada mal, pero hoy solo quiero beber un poco y olvidarme de todo lo que ha pasado. Sigo tomando y las horas siguen pasando, mi amigo cada vez más animado bailando y yo en mi comodidad sentado. —¿Por qué estás solo? Vamos a bailar. Una de las chicas que estaba con Miguel se me sienta al lado. Su sonrisa no se borra. —Prefiero quedarme aquí. —¿De verdad no quieres? —acaricia mi pierna, sube la mano y la detengo, apretando su mano—. Me estás lastimando. —Las mujeres fác

~Marian~Suelto una risita nerviosa al escuchar lo que me dice.—¿Ganas de mí?—Sí, quiero tenerte sobre mí y hacerte sentir que eres mía. —Yo no soy tuya.Se me acerca, ahora lleva una toalla que cubre su cuerpo. No puedo dejar de verlo, lo peor de todo es que estoy terrible, me acabo de despertar, mientras él no parece que se haya tomado hasta el agua del florero.—Cuándo estás gimiendo mi nombre no dices que no eres mía —sus dedos acarician mis brazos—. Se te olvidan muchas cosas.—No… no vamos a hablar de eso.Sus labios en mi cuello me hacen quedarme callada, sigue bajando y cierro mis ojos.—Luck, dije que no.Aunque le digo que no, no me alejo y me sigue besando. Me rodea con sus brazos por la cintura y voy cediendo, me lleva a la cama, quedando sobre mí, puedo sentir mi cuerpo volverse loco. Me abre las piernas y sonríe, me besa, mordiendo mi labio, quiero más, pero se aleja con una sonrisa. —Me cambio y me voy, mi esposa debe estar preocupada por mí. Sus palabras me dejan

~Luck~No hay nada más incómodo que estar en la prueba de sabores para la boda, mi madre Liliana, bueno, la madre de Stefan me pidió que la trajera e hizo que me quedara con ella.He tenido que ver cómo él y Marian se dan todo en la boca, son tan ridículos, de verdad que sí. —El pastel de zanahoria es el mejor, fue una buena decisión —Stefan rodea a Marian con sus brazos y ella le sonríe—. Tienes un gusto exquisito.—Eso es cierto, escogiste el mejor sabor —Liliana sigue comiéndose el pedazo de torta—. La boda será una belleza. De eso puedo estar segura.—Es mi sabor favorito —Marian les sonríe.Está mintiendo, pude ver su cara al probarla y no la disfrutó para nada. La escogió porque le gustó a mi hermano.—Bueno, yo debo irme —me pongo de pie—. Los dejo con su torta que, de hecho, la de frutos rojos sabía mucho mejor. Todos se ponen de pie.—Yo debo ir por unas cosas para la boda con mi madre, lleva a Marian a la casa, por favor, yo paso por ella para llevarla donde su padre.Mar