DOUGLAS WARDDurante todo el día en la oficina, estuve pensando en lo que dijo mi madre. Realmente no quería hablar con mi padre. De hecho, era la última persona que quería ver, pero no tenía opción, lo estaba haciendo por la felicidad de mi madre.Apagué la computadora con un suspiro y me froté la cara, frustrado.Mi madre es un ángel y se merece toda la felicidad del mundo. Me di cuenta de que, incluso después de decirle que Aurora estaba bien, ella seguía encontrando tiempo para visitarla. Es la mejor madre que alguien podría desear, siempre ha sido mi columna vertebral, animándome a ser una mejor versión de mí mismo.Me levanté, tomé mi saco y me lo puse. Luego, agarré mi bolso con el trabajo restante que necesitaba terminar y salí de mi oficina.A Aurora ya le habían dado el alta y la habían llevado de vuelta a casa. Para mi tranquilidad, contraté a alguien para que vigilara los alrededores. No podía permitirme que algo así le volviera a suceder. Ya aprendí la lección, y si algo

DOUGLAS WARD—Buenos días, señor. —me saludaron mis empleados en cuanto entré al edificio y, en respuesta, solo asentí discretamente con la cabeza mientras caminaba hacia el ascensor.No pude evitar sentir que algo no estaba completo y sabía que tenía todo que ver con el hecho de que tampoco vería el rostro de mi hermosa secretaria hoy.Apreté el botón de mi piso mientras esperaba pacientemente a que llegara. Tenía las manos en los bolsillos mientras golpeaba el suelo con el pie impacientemente.Cuando la puerta del ascensor finalmente se abrió y salí, me quedé impactado al ver quién estaba de pie frente a mí.—¿Qué estás haciendo aquí? —pregunté, confundido, al ver a Aurora frente a mí.—No pareces muy feliz de verme. —respondió, bajando la mirada con ojos tristes.Rápidamente corrí hacia ella y tomé sus manos.—No, no es eso. Lo estás entendiendo mal. —Digo rápidamente, al verla hacer un puchero. Quería besar esos labios, pero me recordé a mí mismo que necesitaba reprenderla.—Enton

DOUGLAS WARD—Rebecca Poiser entró en vivo y anunció que está comprometida.—¡¿Qué?! —pregunté en shock, levantándome de la silla y empezando a caminar de un lado a otro, pasándome los dedos por el cabello, frustrado—. ¡¿Qué diablos le pasa a esa mujer?! Acaba de salir de mi oficina y le dije que no habría una mierda entre nosotros, ¡¿y ahora fue a las redes sociales y les dijo a todos que es mi prometida, qué mierda es esa?! —cuestioné, enfurecido—. No puedo dejar que Aurora vea esto, estoy jodido. —murmuré.—Todavía está en vivo. Creando misterio sobre con quién se va a casar. Voy a buscarla, voy a aparecer en su directo y me anunciaré como el prometido. Estoy contigo, hermano. —dijo Ayron, y no pude evitar suspirar.—Gracias, hermano. No sabes lo que has hecho por mí. Solo que no quiero que Aurora vea...—¿Ver qué? —oí la voz de Aurora detrás de mí y me giré de inmediato.—Te llamo luego, Ayron. Mantenme informado. —dije rápidamente antes de colgar la llamada.—Hola, amor. —dije mi

DOUGLAS WARDMi teléfono comenzó a sonar, interrumpiendo lo que quería decir.—Discúlpame, voy a contestar esta llamada. —dije antes de atender la llamada de mi madre. —Hola, mamá. —dije mientras una sonrisa se dibujaba en mis labios.—Hola, hijo. Oí que tu padre fue para allá. ¿Estás bien?—Sí. Ya sabes cómo puede ser papá... Y, ah, mamá, Aurora está aquí. —dije, mientras los ojos de Aurora se abrían de par en par y me daba cuenta de que estaba tímida por la forma en que escondía el rostro detrás de las manos. No pude evitar reír de lo linda que era.Solo quise avisar a mi madre que ella estaba aquí para que no empezara a hablar de más.—Mi madre te manda saludos. —le dije a ella.—Hola, señora Ward. —dijo Aurora.—Entonces, mamá, ¿todo bien? ¿Cómo va tu día?—Nada mal, la verdad. Voy a salir con mis amigas por la noche. No puedo esperar a que te cases, así llevaré a tu esposa como mi acompañante. Sarah siempre trae a su nuera como acompañante, y es muy guapa. Pero Aurora lo es mucho

AURORA SUMMERMe quedé mirando a Douglas, pensando si le preguntaba sobre eso o no. Realmente no quería parecer que no confiaba en él, pero al mismo tiempo tenía curiosidad por saber. No me gustaba nada esa mujer. Las pocas veces que nos encontramos, solo me menospreciaba como si fuera una reina o algo así.—Sabes, si hay algo que te molesta, puedes preguntarme. —dijo Douglas mientras se giraba brevemente hacia mí antes de desviar la mirada a la carretera.—Ah, no es nada. —Tenía muchas ganas de saber, pero no quería molestarlo.Nos detuvimos frente a la empresa mientras yo abría la puerta del coche y salía, y Douglas hacía lo mismo.—Ayron llega más tarde. Tenemos cosas de qué hablar. Sabes que él estaba conmigo aquella noche en que no pudimos encontrarte. Él me dio fuerzas y, solo para que lo sepas, ahora sabe lo nuestro. —dijo él, y no pude evitar sonrojarme.Conozco a Ayron. Me molestará por esto en el momento en que me vea.—Cierto, no dejaré de agradecérselo cuando lo vea. —dije