Grey levantó la cabeza desde detrás del escritorio. Esa voz lo impactó; la reconocería en cualquier momento y lugar.Ella todavía lucía tan hermosa como siempre, su cabello oscuro, espeso y brillante como tinta derramada, caía en cascada sobre sus hombros en ondas sueltas."Alexandra", susurró.Entrecerró los ojos ligeramente mientras observaba la oficina. Se veía diferente; estaba desordenada, con papeles esparcidos por el escritorio y el suelo. Las sillas estaban volcadas, y el espacio, antes organizado, ahora era un caos.Alexandra se acercó al escritorio, haciendo resonar sus tacones contra el suelo al avanzar. Recogió un expediente caído, echó un vistazo a su contenido antes de colocarlo cuidadosamente sobre el escritorio."Debes estar acostumbrado a ser un desastre. No te hagas la víctima, levántate."Los ojos de Grey, ensombrecidos por el cansancio, se dirigieron hacia los de ella.Claro, él sabía que ella no había venido a animarlo; no lo había perdonado por la muerte de su ma
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