Jason acababa de regresar de un viaje de negocios fuera de la ciudad y, dos horas antes de lo previsto, llegó al café donde solía encontrarse con Will.Buscó una mesa libre y llamó a un mesero para pedir un café.Unos minutos después de que la bebida llegara, Will entró. Saludó a Jason, se dejó caer en la silla a su lado y enseguida llamó al mesero para pedir el mismo café.—¿Por qué desapareciste ayer de repente? —preguntó Will, dándole un golpecito en el hombro.—Se me olvidó que ya tenía planes con alguien —respondió Jason.—Ah, cierto… Ayer dijiste que pasaste todo el día con Adeline, ¿no? ¿Qué hicieron? —preguntó Jason, dando un sorbo a su taza.—¿Yo? Solo hablamos y jugamos UNO toda la noche. Es muy linda, ¿sabes? —Will se rió, recordando las expresiones de Adeline—. Desde que empezamos a jugar, perdía una y otra vez. Y cuando por fin ganó una ronda, se rió como una niña, toda emocionada. Te juro que no se parece a ninguna otra mujer.Los ojos de Jason se abrieron de par en par.
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