Unos meses después.La suave luz de la mañana se filtraba a través de las cortinas, bañando la habitación con un tenue resplandor dorado. Dominic yacía medio dormido sobre la cama cuando un sonido áspero de arcadas lo sacó bruscamente del sueño. Sus ojos se abrieron de golpe.El sonido venía del ba

El rostro de Dominic se iluminó al instante. —¡Desayuno! ¡Sí! ¡Operación Comida Matutina!Chasqueó los dedos con dramatismo. —Panqueques de chocolate. Fresas frescas. Un plato de pepinillos... por si acaso. Y quizá waffles con…—¿Pepinillos para el desayuno? —Alessia soltó una carcajada.Dominic p

Pasaron unos minutos en silencio. Alessia se recostó en el sofá y cerró los ojos, disfrutando de la calma.Luego, con voz suave, murmuró: —En realidad… sí hay algo que he estado queriendo.De inmediato, Dominic se incorporó. Los trillizos se quedaron congelados, con los crayones aún en el aire.Ale

El mundo fuera de la habitación del hospital era un torbellino de reporteros y felicitaciones, pero dentro, la familia Carter por fin tenía paz.Alessia estaba sentada en la cama, acunando al recién nacido contra su pecho con ternura. Dominic permanecía a su lado, aún pálido por el trauma del parto,