Aquí me encuentro en mi cuarto pensando en Antonella, algo que obviamente había evitado por tanto tiempo, pero mi familia sacó el tema de la empresa en Argentina y eso revivió todos los recuerdos en mi mente.No voy a negar que extraño todo lo que viví en ese país, pero creo que fue solo una experiencia más en mi vida; a lo mejor no era el momento correcto o no era la persona para mí. Esa pregunta me la repetí todos los días, los primeros meses de mi regreso.Ya son 18 meses que abandoné el sueño de convertir a esa chica hermosa en mi esposa. Sí, señores, tan rápido pasó el tiempo. Estaba acostado con cero ganas de levantarme, y es que esa conversación con mi familia había abierto la caja de Pandora. Juro que apenas insinuaron lo del viaje me negué de forma rotunda y eso fue algo que los dejó a todos sin palabras, ya que soy la primera persona que se ofrece cuando de un viaje se trata. Y es que, aunque dije que iba a dejar que mis hermanos asumieran su papel, la realidad es que me enc

—Dije buenos días antes de levantar el rostro y descubrir a la persona que me estaba esperando. Nada me preparó para ese encuentro con él. Mi primera reacción fue llevarme la mano a la boca para contener el grito que pugnaba por salir. Jamás imaginé encontrarlo allí y, por la forma en que me miraba, él tampoco esperaba verme.______________________Mi día se fue al carajo en el instante en que la vi entrar a mi oficina. Estaba tan sorprendido como ella, tanto que lo único que hicimos fue observarnos en silencio hasta que reaccioné y me puse de pie.—Buenos días, señorita Fernández, tome asiento por favor.____________________Me quedé congelada en el tiempo. Luigi se levantó de manera rígida, con un saludo formal que me desagradó de inmediato.—Luigi, no me trates así. Tú y yo no somos desconocidos. Aunque no esperaba encontrarte aquí, debo admitir que me alegra bastante verte. No sabes cuántas veces vine con la ilusión de toparme contigo en el lugar del vicepresidente… y cuando ya ha