Las palabras de Luigi me afectaron, pero no se lo demostré, así que sonreí para disimular.—¿Ósea que solo quieres una cocinera personal? Esa era la trampa detrás de todo esto, se me parte el corazón comprobar que no eras honesto, solo deseas que alguien le cocinara gratis a tu familia, ja, ja, ja.—Si lo pones de ese modo, ¿a quién no le gustaría ver a su novia en la cocina a medio vestir cocinando algo delicioso? Juro que esa simple imagen me haría secuestrarte ahora mismo, ja, ja, ja. —Ja, ja, ja, ¡qué descarado señor Esposito! Tiene usted una mente muy perversa. —Bueno, señorita Antonella, creo que debemos comer algo, ¿quieres que pida o vamos a algún sitio? —-Yo cocino, voy a ver que tienes en tu cocina. —No me puedo negar ante semejante propuesta y la despensa debe estar llena, una señora se encarga de limpiar y mantenerla, a veces me deja comida para dos días.Esto estaba saliendo mejor de lo que yo esperaba en definitiva, hoy era mi día de suerte, no solo había logrado be
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