NarradorSebastián salio de la oficina de Dimitri Volkat, con los nudillos empuñado, furioso por la respuesta de ese ruso. El pensaba que iba seguir teniendo a Dimitri como accionista mayoritario en los hoteles Oasis, sin embargo no fue de esa manera. Y eso lo tenia molesto y sobre todo odiando a Avril, ya que aquella noticia de hace un mes arruino todo sus planes.—Estúpida, mujer. Esto no se quedara así.— Sentenció saliendo del gran edificio. Subió a su coche dirigiéndose al hotel en la que pasaba mas tiempo y en el que había mas huéspedes.Mientras manejaba, marco el número de uno de sus conocidos que hacia todo lo que el pidiera, obviamente pagando una buena cantidad de dólares.—Señor Sebastián, hasta ahora me esta contactando — mencionó el hombre con ironía.—Necesito que hagas un trabajito — mencionó apretando el volante con fuerzas. —Es una mujer. Quiero que le des un susto. Y le des una advertencia nada mas.— El hombre al otro lado de la línea salto una risita.—Me gusta hace

Dimitri—Usted que hace aquí— respondió con tono hastío y la mire con una sonrisa arrogante. Sabía exactamente que eso a ella no le agradaba y verla enojada me hacía desear tenerla a mi lado.—Vine a verte. ¿ No puedo?—Usted se la pasa insinuando cosas cada vez que nos vemos.— Intuyó ella resoplando.—No tiene idea, que esas insinuaciones podrían ser la llave de su triunfo.Avril me miró sin entender nada. Pero ahora mismo yo se lo explicaria.—No se exactamente a que se refiere, Dimitri.—Puedes déjarme pasar o me dejara aquí.Ella elevó las cejas con desconcierto e incomoda. Siseo algo y luego me dejo pasar adentró del apartamento.—¿Desea tomar algo?—Pregunta a lo que rápidamente negué.— A lo que vine, pero te veo un poco triste. ¿Sucede algo?—Eres perspicaz Dimitri. — comentó con ironía.—Muy observador. En fin, quería mostrarte estos papeles, quizás me sacas de dudas. — mencione mostrandole el folder.—Dejame ver.Abrió el folder y empezó a leer, veo que lleva una mano a la bo

DimitriEl sabor de sus fluidos aún se sentía en mi lengua. No podía creer que sus besos provocaran miles de deseos calientes en mí, era como si un volcán estaba por erupcionar y la causa de ella, lo era Avril. Esta locura de casarme con ella para lograr el objetivo oculto era también una ambición de tenerla para que a Sebastián le duela. Quizás todo lo que él hizo fue porque debía ganarse la confianza de su padre, sin embargo, a mí no me engaña. La amaba, me lo dijo en el pasado y esa manera en como hablaba de ella, no fue actuación. Pero a veces el dinero y la ambición de querer tener mucho, era lo que afectaba el cerebro del ser humano, hasta volverlos egoísta. Es algo similar lo que sucedió con mis tíos, cuando mi padre genero mucho dinero al encontrar petróleo en ese rancho, empezó la envidia hasta de mi propia abuela encontrar de mi pobre madre.Solté un suspiro de cansancio, me llevé dos dedos a mi sien, tratando de no seguir pensando en esas personas que lo único que provocan

Dimitri Reviso el mensaje que me mando Avril y comienzo a golpear la mesa con mis dedos, me encuentro impaciencia. No estoy entendiendo que me pasa con ella, lo de anoche aún sigue grabado en mi cabeza. Ahora mismo estoy ansioso por verla, tenerla cerca, no solo quiero mostrarle, los avances de la empresa, si no que también quiero entregarle los papeles que me entregó Sebastián cuando me ofreció ese terreno. Esos documentos legales estarán en su nombre muy pronto. Jaime efectuara todo el proceso legal. Por otro lado algo ronda mi cabeza cuando Bayrón me notificó que noches anterior, se encontraba un hombre observando a Avril desde una distancia moderada cuando estaba en el apartamento de su prima, e incluso pregunto por ella, en reiteradas ocasiones. He estado pensando contratar a un guardia sin que ella lo sepa, de esa manera la mantendré segura y vigilada antes cualquier evento extraño.De ahora en adelante, Avril no estará sola, mientras esta conmigo.***Finalmente Avril ya est

DimitriEstaba completamente excitado, perdido por ella, quería hacerla mía de una vez, pero no, de esta manera apresurada, no obstante su cuerpo necesitaba de mí, temblaba por mis toques, la podía sentirlo. Su mirada me lo confirmaba, su calidez me estaba envolviendo como un loco y sin pensarlo tanto la desnude completamente, su piel se erizó por mi contacto y su respiración está agitada, me terminé de quitar la ropa. Mientras que empiezo a acariciar su intimidad, el deseo es tan fuerte que sus fluidos mojan mis dedos.—¿Quieres que continúe?— le pregunte con un deseo feroz.Esta sensación era algo que tenía mucho tiempo de no sentir. Había estado con mujeres, pero no como esta mujer, el cual me estaba volviendo absolutamente un necesitado de ella.—No te detengas, Dimitri—musito aferrada a mí, acaricié su espalda mientras mi labio jugueteaba con uno de sus senos rosado, era como devorar manjar. Chupé cada uno de ellos mientras que con mi mano jugaba con su clítoris.—No me detendré,