Capítulo 52: Otra opción(Narrado por Ava)El trayecto hasta el hospital se hace interminable. Miro por la ventanilla del taxi las luces que se alargan en la noche, como si también ellas tuvieran prisa. El conductor no dice nada, y se lo agradezco. No podría sostener una conversación ni aunque quisiera. Mis pensamientos son un ruido constante, una súplica muda que solo repite el nombre de mi hijo.Pago apenas el taxi cuando detiene frente a la entrada principal y bajo sin esperar el cambio. Camino rápido, casi corriendo, con el corazón encogido. Cada paso que doy dentro de ese edificio me pesa más. Ya conozco cada pasillo, cada enfermera, cada gesto de compasión que intentan disimular detrás de una sonrisa. No hay nada que duela más que ver la preocupación reflejada en los ojos de otros.Subo al área de intensivos. La respiración se me acelera cuando reconozco la figura del Dr. Harry esperándome fuera de la sala. Su rostro lo dice todo antes de que abra la boca.—Ava, tranquila —dic

Capítulo 54: ¿Qué demonios hiciste? El reloj del despacho marcaba las once y media de la noche cuando Logan Langford cerró la carpeta que el investigador privado acababa de dejar sobre su escritorio. El silencio era absoluto, apenas roto por el zumbido del exterior.Durante varios segundos se quedó inmóvil, observando el documento sin tocarlo, como si aquello fuera una bomba que en cualquier momento pudiera estallar.Pero finalmente lo hizo. Abrió la carpeta. Y lo que leyó dentro lo dejó helado.El nombre de Ava Mitchell destacaba en tinta negra, clara y precisa. Y abajo, dos nombres adicionales, redactados con esa caligrafía administrativa impersonal que no deja lugar para las emociones: Liam Mitchell y Lía Mitchell.Mellizos. Sin registro paterno.Logan tomó una respiración profunda, pero el aire se le quedó atascado en los pulmones. Había pasado días atormentado por la imagen de aquella niña en el hospital, la misma que se aferró a su mano sin miedo y le dijo con voz dulce que su

Capítulo 56: ¿Será que descubrió...?(Narrado por Ava)El amanecer se cuela por la ventana del hospital como un hilo tenue que pinta de gris las paredes blancas. Llevo horas sin dormir, sigo aquí con la cabeza apoyada en el borde de la cama de Liam. No me importa la postura, ni el entumecimiento de mi cuerpo. Solo me importa el sonido de su respiración, ese pequeño suspiro que me confirma que sigue aquí.Cada tanto, las máquinas emiten un pitido bajo que me sobresalta. Me enderezo, contengo la respiración y observo las luces de los monitores como si en ellas estuviera escrita su vida entera.El doctor Harry me dijo que la fiebre había cedido un poco, pero no lo suficiente. Que el nuevo tratamiento tardaría días en mostrar algún resultado. Días. Esa palabra me pesa como una sentencia.No sé si tengo fuerzas para resistir otro día igual.La enfermera entra en silencio con una bandeja. Sonríe con ese gesto profesional que me duele mirar.—¿Quiere que le traiga un café, señora Mitchell?

Capítulo 58: La puerta que abre todos los temores(Narrado por Ava)Camino por el pasillo como si avanzara sobre cristales rotos. Cada paso resuena en mi cabeza, mezclándose con el latido acelerado de mi corazón. Las paredes blancas del hospital parecen cerrarse a mi alrededor, ese corredor interminable que conozco demasiado bien.El consultorio del doctor Harry está al final del pasillo. La puerta entreabierta deja escapar un haz de luz amarillenta. Respiro hondo antes de tocar, pero mi mano tiembla.—Adelante, Ava —dice su voz desde dentro.Entro. El doctor Harry no está solo.Mi mundo se detiene.Allí, de pie junto a la ventana, con la espalda recta y las manos en los bolsillos del traje que conozco demasiado bien, está Logan.El aire se atasca en mis pulmones. No puedo respirar. No puedo moverme. Solo puedo mirar ese perfil que tantas veces acaricié, esa nuca que tantas veces besé, esa figura que ha habitado mis sueños y pesadillas durante seis años largos.Se da la vuelta lentame

Capítulo 60: El momento más doloroso(Narrado por Ava)Logan permanece inmóvil en el umbral de la habitación, sus ojos fijos en la pequeña figura que yace en la cama del hospital. Veo cómo su respiración se altera, cómo sus manos se abren y cierran a los costados del cuerpo, cómo todo el enojo y la frialdad que mostró en el consultorio se desmoronan ante la cruda realidad de Liam conectado a esas máquinas.Da un paso adelante, luego otro, con una lentitud que delata el temor que siente. Sus ojos no se apartan de Liam, y puedo ver cómo recorre cada detalle: el cabello oscuro y húmedo sobre la frente pálida, los párpados cerrados con esa pesadez que solo dan los sedantes, los labios partidos por la fiebre, el tubo que sale de su boca conectado al respirador.Yo más que nadie sé lo que está sintiendo ahora, porque ese dolor aún no se ha ido. Sigo sufriendo en silencio.Me quedo junto a la puerta, observándolos, sintiendo cómo mi corazón se contrae. Esta es la primera vez que Logan ve a s