Estamos descansando en una de las habitaciones del hospital, después que a Ben le han limpiado las heridas de sus manos, mientras esperamos los resultados de la cirugía de Somerson, el disparo le dio cerca del pulmón y había perdido mucha sangre. Val junto a Nathan se están encargando de eso, pero mi papá dice que tiene buen pronóstico, porque a pesar de toda la sangre que había perdido, no le había perforado el pulmón.—No puedo creer que estuvieras dispuesta a intercambiarte por Joshua.—Fue lo único que se me ocurrió en ese momento, pero Daniel tampoco lo quiso.—¿Y cómo es eso de que sabes pilotar un helicóptero?—No te impresionaste con todas las armas que cargaba Jack y te impresionas por eso, por favor, Ben ya debieras saber que soy una cajita de sorpresas siendo de esta familia.—Estás hablando como ese tipo.—Ben…—No, él no puede ser mi hermano. Daniel murió, ustedes mismos me lo dijeron.—Pues parece que este Daniel no, Ben.Dice mi abuelita, entrando en la habitación y sen

Estoy frente a Daniel Reed o Henderson, como le quieran decir, y este solo me mira como si fuera un bicho raro.—¿Cómo lo averiguaste?—Pensé que me preguntarías otra cosa, pero veo que sí te pareces mucho a Ben.Se encoge de hombros y me señala la silla a su costado, camino lento y me siento frente a él, mientras espera pacientemente que yo hable, pero como dije se parece tanto a Ben y no aguanta.—¿Y?—Conoces a la familia Scott ¿no?—le retruco con otra pregunta.—¿Quién no? de hecho, se me hizo muy difícil de poder seguir la pista de Leonora desde que llegamos a Estados Unidos y fue peor cuando encontramos ese orfanato, al parecer ellos fueron los culpables.—Entonces, entenderás que tenemos los medios para investigarte y no solo para esconder las cosas.—Pues claro, pero lo del proyecto D, eso sí es de antología.—Percibo algo extraño en tus palabras, Daniel.—No me digas que lo lanzaste como un volador de luces.—Oh, no… para nada. Solo quería ver tu reacción a la pregunta y por

Veo como Ben fulmina con la mirada a Daniel y este solo se queda como si estuviera pensando en algo más, pero ninguno de los dos dice absolutamente nada...—Creo que por hoy debiéramos dejarlo hasta aquí, ya son tantas las nuevas pistas e información que se suman a lo que ya tenemos y todos ya estamos cansados. Además, en mi caso ya estoy un poco vieja y no estoy para estos trotes.—Abuelita, no digas eso. Estás en la plenitud y debo decir que con mi abuelito Adam se ven como de quince.—No seas zalamera, Hanny. Todos debemos recuperar energías u otra cosa importante es preocuparnos de cómo lo haremos con la herida de Somerson ¿Han pensado en eso?—Lo siento mucho, no fue mi intención hacerte eso, pero estaba desesperado y su amigo no ayudó mucho.—Ni se te ocurra decir una estupidez así, todo lo que le pasó a Dani fue tu culpa y ahora está en un coma inducido por la bala que le disparaste.—Pensé que sólo lo había rozado—me responde Daniel, mordiéndose el labio inferior.—Estúpido, ¡

—Mejor será que me vaya…—Ben, espera…—¿Qué quieres?—Solo… solo pedirte disculpas.—¿Crees que con eso Somerson se levantará de su cama? O no mejor ¿Crees que con ese lo siento vas a borrar de mi cabeza la muerte de quién pensé toda mi vida que era mi hermano?El hombre que tengo frente a mí no me mira, está con la cabeza gacha y amasando la manta como cuando éramos niños y papá nos gritaba.—Algo es algo, Ben…—Eso si lo recuerdo...—¿Qué cosa?— levanta su mirada y sus ojos igual a los míos me miran con un destello parecido a la esperanza, por eso me atrevo a hablar—. Eso que haces con las mantas. Amasarla como un gato cuando estás nervioso.—Lo hice desde que desperté en mi nuevo hogar. Mira Benedict, no es que quisiera hacerte daño. Nunca lo he querido, eres mi hermanito, pero necesitaba saber de qué lado estabas.—Y según tú ¿de qué lado estoy?—Del de la justicia. Eres un hombre hecho y derecho, que protege a los suyos y ama la verdad.—Entonces ¿Por qué hiciste esto? ¿por qué

Por Daniel Reed o Henderson, o como le quieran decir...Tener a la madre de mis hijos frente a mí me descolocaba, no sé si era por el miedo a que se enterara de todas las cosas que hice a sus espaldas o simplemente por verla así, tan frágil, tan hermosa y agradecida por la mentira que había dicho la señora Scott.—No se preocupe, señora Henderson, solo cumplía con mi deber —fue lo único que salió de mis labios, mientras ella sostenía mis manos, intentando que yo no las quitara, lo que me hace recordar aquello que sucedió hace más de seis años y la primera vez que la ví.—Escúchame bien, Daniel. Las personas que vienen hoy son los que estamos esperando, ese muchacho Henderson se contactó conmigo la semana pasada para que los ayudemos con su problema para tener hijos y puede ser la única forma que podamos acercarnos a él y a esos tipos.—Entiendo, tío. Y gracias nuevamente por aceptar que esté encubierto en tu clínica. Leonora…—Ella también me preocupa, pero más me preocupas tú cuando