Para poner a prueba la lealtad de Sebastián, Claudia López lo drogó... y luego me empujó dentro de su habitación. —¡Lena…! —Sebastián respiraba con dificultad, y sus ojos me miraban, borrosos y confusos. Yo sabía que él siempre había sentido algo por Claudia. Pero antes de casarse, nunca se atrevería a tocarla.Para salvar su vida, solo le quedaba la opción de conformarse con lo que pudiera, sacrificándome a mí.En mi vida pasada, no pude reprimir los sentimientos que desde niña albergaba por él, y así, nos entregamos el uno al otro en una noche llena de pasión. A la mañana siguiente, Claudia vio las marcas de besos en mi cuello, y entre lágrimas, gritó que quería hacerse monja. Cuando la detuvieron, se dejó llevar por la furia y terminó casándose con el padrino de la mafia italiana, solo para encontrar un destino fatal poco después. Se convirtió en la cuarta esposa fallecida de aquel hombre. Cuando quedé embarazada, Sebastián, por responsabilidad, se vio obligado a casarse
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