Mariano, al llegar a su auto llamó a Guillermo, “¿Novedades?”Guillermo le informó, “Hemos estado trabajando con el Sr. Cayetano, sobre cómo pueden proceder con los temas legales de contrato. Hay ciertas cláusulas que aplican para esta situación.Además, en manos de la policía, le hicieron pruebas y encontraron sustancias psicoactivas…”¿Qué? Este dato tomó por sorpresa a Mariano, ya que es una de las políticas de la empresa para todos los empleados, sin importar el rango dentro de la empresa.“Con más razón se puede usar eso a nuestro favor.”Guillermo lo consideró por un momento, “Esa es la cosa… El Sr. Cayetano está evaluando la manera como la empresa no se vean tan afectada por esta situación.”Mariano masajeó su sien, “Consulten con el departamento legal, no es nada del otro mundo… O, ¿Acaso Cayetano prefiere proteger a una estrella caída?”Guillermo titubeó un momento, “Honestamente, no podría confirmarlo. Creo, que aún no lo considera estrella caída.”Mariano gruñó, “¿Cómo?”“S

Matilda sin darse cuenta le dice, “¿Te he dicho antes, que eres lo más de lo más?”Mariano se ríe, “Espero que solo me lo digas a mi.”Matilda asiente, “Claro que sí. Si no, me caerá un rayo.”“Si eso pasa, no quiero estar cerca.” Se ajusta las mangas y dice, “Ahora, ven a comer.”Matilda un poco renuente se dirige al desayunador, admirando desde atrás a Mariano preparando la comida. Sus movimientos eran naturales, definitivamente se sentía cómodo en este espacio. Conocía bien en dónde estaba todo guardado, el detalle y delicadeza de atender a Matilda. Definitivamente era un hombre soñado. Entre sus pensamientos, Matilda volvió a tierra con la pregunta de Mariano, “¿No vino Margot?”“No, según ella no durmió bien por estar pendiente de mi… Cosa que no creo, no me dejó dormir a mi con sus ronquidos.”“Jajaja.” Mariano encontraba tan divertida la forma como Matilda se expresaba tan natural y relajada frente a él. Esto sin duda le tomó trabajo, pues inicialmente ella era bastante cerrad

Matilda sonríe, “He contado lo mismo miles de veces. En la Uni.”Josué la mira con inquietud, “Aja…”Matilda suspira, “Inicialmente, yo tomé 5 materias, lo normal. Pero, luego me sentí aburrida y agregué una más. Pero… Fue una semana después de haber dado inicio al curso académico. Así que… Cuando entré al salón Mariano me agarró de target, creyendo que era rebeldía mía haber entrado una semana después.”Josué pregunta, “Eso no lo sabía. ¿Cómo de target o qué?”“Pues, todo lo que preguntaba iba dirigido a mí. Al ver que respondía de forma acertada y con seguridad, comenzó a ver mi genuino interés, ya luego que me conoció y entendió el por qué de mi ingreso, pues se suavizo y ya lo demás que ya saben.”En efecto, cuando Matilda entró varios días después que el resto de sus compañeros, Mariano consideró que era una forma de rebeldía de presentarse cuando quisiera, por lo que al verla sumergida en sus anotaciones siempre la interrumpía con preguntas, algunas sencillas otras complicadas y

Mientras tanto en la comisaria.Ya han pasado 3 días desde el incidente con Matilda, pero Miguel seguía privado de libertad.“Sr. Miguel Santana”, se acerca un policía con un expediente en mano, Miguel se levanta de donde está sentado. Un gran contraste con ‘El Sol’ que normalmente conocen, ojeras marcadas, ojos hinchados y rojos de enojo y probablemente un poco de llanto, su cabello hecho un nudo, una barba sin cuidar por estos días. Lejos estaba el Miguel que todos conocían.Una vez escucha, se acerca al policía, “¿Me vas a dejar salir?” Pregunta con un poco de esperanza en su mirar.El policía sacude su cabeza en negación, “El General a cargo de la comisaría, está en camino y será él quien llevará tu caso desde ahora… Desde ahí ya no podré ayudarte.”Miguel pega un golpe a la puerta, “Teníamos un trato…”El policía lo mira, “No conozco bien tu historia, solo reconozco tu cara… Mi hija es tu fan… Pero… Por algo va a llevar este caso el jefe, espero puedas limpiar tu nombre, de lo c

“Jajaja, no. Relájate.Estaba pensando otra cosa y ¿Es que no recuerdas que la última vez me dijiste lo mucho que te encantó… Ay…” Se escucha un fuerte ruido al otro lado del teléfono, “Sí aún quieres, puedo pasar mañana.”Mariano no entendía que hablaban pero, parecía una conversación bastante personal e intima. Definitivamente no quería seguir escuchando, pero la casa entera resonaba con la llamada.Matilda abre sus ojos en sorpresa, “Mmm…”“No te hagas la de rogar, siempre te ha gustado, es más prometo que ahora está mejor… Ay… Vas a quedar adicta, queriendo más. ¡Aah!”Matilda se atraganta al ver el ceño fruncido de Mariano pero no corrige a la otra persona. Se acerca a la mesa con los platos de comida y los coloca sobre la mesa.“¿De rogar? Luego que me dices que soy muy facilona.” Se sonroja mientras se sienta.“Jajaja, anda, ¿quieres o no?”Matilda mira de reojo a Mariano, puede ver un poco de molestia en sus ojos, por lo que decide no continuar con el tema de forma tan sugesti