20.
“Sshhh, ¡David!” Matilda mira a Mariano con pánico y sacude su cabeza, roja de la vergüenza y Mariano entonces no puede evitar reír del momento y de sí mismo, ya que pensó que la persona y conversación era sobre otra cosa… más sexual, por lo que ahora puede respirar más relajado. Y sí, en este momento se está dando cuenta que es un hombre un tanto celoso.
“Vale, vale, ya cállate… Dile a Celeste que quiero probarlo… ¿puede dejármelo un poco más crujiente?”
David ríe, “Vamos, sabes que mi mujer te ama más que a mi, claro que lo hará.”
“La amo, es la mejor cuñada.
Está bien, que sean 2 de pistacho y 2 frutos del bosque, solo un chocolate y el de taro.”
“Está bien prima, te escribo mañana cuando vaya de camino.”
“Gracias David.”
“Espera…”
“¿Sí?”
David le contesta en tono burlista, “¿ves como sí eres facilona? No hay nada que un buen postre no te haga hacer.”
Matilda se atraganta, “Ingrato. Te odio. Adiós.”
Escucha las carcajadas de David antes de colgar.
Al segundo David manda un audio, [n