Capítulo 42Camila no quiso decirle nada a Luciano sobre el frasco que encontró en la habitación de Laura, a pesar de que la había puesto muy nerviosa, prefería hablar con ella y aclarar las cosas antes de hacer un escandalo, no era el momento.Sabía que él adoraba a su hermana, pero también sabía que no tenía el tacto necesario para manejar esa situación sin estallar, y en si sus sospechas eran ciertas atacarla sería el peor error posible.Tenía que ser ella quien la enfrentara con cuidado, esperaba que su amistad de cuñadas con Laura fuera suficiente para que ella decidiera hablarle con él corazón, aunque la noto muy distante y fría, aquella joven calida y feliz que la recibió en casa parecía apagada.Bajó al estudio en silencio.Luciano estaba de pie, con el celular en la mano, tenia el rostro palido, y se notaba desencajado, los ojos los tenía fijos en la pantalla, releyendo el mensaje de Adriana con los ojos, Respiraba agitado y las manos le temblaban.—¿Luciano? —preguntó Camila

Capítulo 44Muy temprano en la mañana, el comedor estaba en completo silencio en la casa Ferrer y el ambiente era claramente tenso.Luciano y Camila se sentaron frente a frente, pero no se miraban, Habían discutido toda la noche, Ella seguía decidida a ir a Milán con Ronaldo y el no confiaba en ese viaje, conocía a su enemigo y de lo que era capaz.El evento era exclusivo, privado, organizado por una red de joyeros de alto perfil, No habría teléfonos ni comunicación por varios días, Eso era lo que más le molestaba a Luciano: no saber nada de ella durante tanto tiempo y que precisamente estuviera con el.Camila tomaba su café intentando ignorarlo, Y aunque el fingía que estaba mirando su plato realmente intentaba mirarla a ella de reojo.Vicente entró en ese momento, estaba muy serio y parecía molesto, Saludó, pero el ambiente era evidente, solamente recibe un monasilabos de saludoDetrás de él, Laura caminó hasta la mesa, Ni ella ni Vicente se cruzaron una sola mirada, la mujer estaba

Capítulo 46Laura avanzaba en silencio por el pasillo, conteniendo la respiración para no ser descubierta por su hermano que muy probablemente la regañaría como si fuera una niña pequeña. En la habitación principal, las luces estaban apagadas, pero se escuchaban claramente los gemidos de Camila, que se escuchaban a pesar de que las paredes eran gruesas.—Sí, así... más... no pares, Luciano... —se oía, ahogada, mientras la madera de la cama crujía con un ritmo constante —Dios mío mi amor... Se siente bien... BienLaura no necesitaba imaginar nada, tuvo que taparse la boca para no reírse Y ser descubierta, pero a la vez sentía envidia de Camila, estaba disfrutando de lo que era el sexo con el hombre que amabaElla dudaba de lo que estaba haciendo, no quería a Alejandro como para entregarle su primera vez, pero estaba tan enojada con la vida y sobre todo con Vicente, que era su manera infantil de poder vengarse por el dolor que le causó.Aprovechó el momento para bajar por las escaleras

Capítulo 48Laura y Vicente se miraron entre ellos, sorprendidos y asustados. Camila seguía parada frente a ellos, sin decir una palabra.—Camila… por favor —dijo Laura, bajándose de las piernas de Vicente y arreglándose la ropa—. No digas nada, Vamos a hablar con Luciano. Solo que… no ahora.—No es el momento —añadió Vicente—. Ha estado alterado, lleno de cosa, Necesitamos un par de semanas.Camila los miró, se dio cuenta de inmediato que ellos se querian—Yo no voy a mentir por ustedes —dijo finalmente—, pero tampoco voy a delatarlos. Solo… sean discretos. No se expongan así.—Lo seremos —prometió Laura, aliviada.—Gracias —dijo Vicente, abrazándola—. No sabes lo que significa para nosotros.Laura se unió al abrazo, y Camila suspiró ella apoyaría el amor Horas más tarde, fue a visitar a Susan, La recibió con un abrazo fuerte y la hizo pasar al departamento.—¿Qué pasó? —preguntó Susan.—Necesitaba hablar con alguien que no me mire como la esposa de un mafioso.—¿Y si te miro de esa

Capítulo 50Camila se levantó antes del amanecer, Apenas podía creerlo, ese viaje era un sueño hecho realidad. Había preparado su maleta desde la noche anterior, pero igual revisó todo otra vez. Luciano todavía estaba en la cama, con el cabello despeinado y los ojos entrecerrados.Se inclinó sobre él y lo acarició en el rostro.—Voy a extrañarte mucho —dijo ella, con la voz suave—. Prometo regresar pronto y después estaremos solos, solo tú y yo, un par de días sin que nadie nos moleste.Luciano abrió los ojos, la miró y la abrazó fuerte.—No me gusta que viajes sin mí —admitió, serio.—Lo sé, mi amor, pero sabes que está reunión es discreta.Le dio un beso largo y lleno de amor para llevárselo grabado para todo el viaje. Luciano la retuvo unos segundos más, hasta que ella se apartó con una sonrisa nerviosa.Minutos después, el auto la llevó directo al aeropuerto.El vuelo fue tranquilo, pero Camila no pudo descansar. Miraba por la ventanilla pensando en Luciano, en lo feliz que estab