Capítulo 11Ciro regresó, con el ceño fruncido y Andy caminando a su lado, todavía agitada por la persecución fallida. Sus mejillas estaban rojas por el esfuerzo, el cabello castaño suelto alborotado, y los puños apretados como si aún esperara tener al ladrón enfrente para golpearlo.En cuanto llegaron, Ciro se detuvo en seco al ver a Silas de pie junto a Nora de forma protectora. Frunció aún más el ceño, como si algo en la escena no terminara de entenderla.—¿Quién es este? —preguntó Andy, directa, con la voz dura y la mirada clavada en el hombre elegante de traje negro que sostenía aún el abrigo de Nora como si le perteneciera.Silas no respondió. Solo ladeó el rostro, observando a Andy sin una pizca de incomodidad, como si evaluara su tono, su postura, su papel en todo eso... y decidiera que no era relevante.Nora, en cambio, se adelantó a tientas, localizó a Andy por el sonido de su voz y su respiración agitada, y la abrazó con fuerza. Un sollozo se escapó de sus labios al sentirl

Capítulo 13En otro lugar de la ciudad, a varios pisos sobre el suelo, Silas Wyckham hojeaba informes financieros con la misma precisión quirúrgica con la que alguien diseccionaría a una víctima.Ciro entró en silencio, su andar discreto, sus movimientos medidos como siempre cuando su jefe estaba concentrado. Se detuvo a dos pasos del escritorio, esperando el momento oportuno.Silas no levantó la vista, pero sabía que estaba allí.—¿Qué ocurre?Ciro respiró hondo. Su tono fue lento, casi respetuoso, como si hablara con una fiera dormida.—La señorita Redstone... va a casarse.Silas detuvo el movimiento de sus dedos sobre la hoja. No levantó la vista, pero su expresión cambió. El aire a su alrededor pareció volverse más denso y frío, Ciro traga saliva nervioso. No se oía nada más que el zumbido sutil del sistema de ventilación.—¿Con quién? —preguntó, su voz grave, como un rugido contenido.—Aún no se sabe con certeza. Pero todo apunta a que la familia está organizándolo en se

Capítulo 15Andy se acomodó sobre la cama, observando a Nora en silencio. Nora podía oír como su amiga intentaba distraerse hojeando una revista, pero cada página que pasaba parecía no tener sentido para ella. Sus manos estaban inquietas, y esa tensión se notaba incluso en el aire de la habitación.—Oye —rompió Andy el silencio, apoyando el codo en la almohada—, ¿y si antes de la operación, nos damos un día de spa? Un masaje, un facial, terapia de piedras calientes, un masaje… algo que te deje relajada y bonita.Nora arqueó una ceja, intentando disimular una sonrisa.—¿Para qué me vean bonita los doctores? —bromeó.—No seas tonta —Andy le dio un suave golpe con la almohada—. Para que tú te sientas bien. Mañana es importante y, sinceramente, si seguimos aquí encerradas, las dos vamos a terminar mordiéndonos las uñas hasta los codos.—Bien, vamos —dijo suavemente.….Flashback — la noche anteriorAndy se encontraba frente a Silas en una discreta cafetería del hotel. Él, impecable como s

Capítulo 17Andy tomó la mano de Nora con fuerza.—Estoy aquí —susurró.La enfermera desató las tiras de la venda con movimientos precisos. El algodón se deslizó; por debajo, una gasa húmeda cubría el párpado. El doctor explicó cada paso con calma: limpieza delicada, aplicación de una gota anestésica tópica para minimizar incomodidad, una pausa para esperar que el efecto hiciera su trabajo.—¿Siente algo raro? —preguntó el médico.—Un poco de tirantez —susurró Nora—. Y frío.—Perfecto. Respira. Tranquila.La última gasa se retiró con un gesto firme pero tierno. El doctor habló despacio:—Ahora te voy a pedir que no te asustes con lo que sientas. Los primeros instantes son confusos: brillo, niebla, formas. Respira hondo. Parpadea cuando te lo diga.Había una tensión eléctrica en la habitación. Andy contuvo el aliento. La enfermera acercó un paño caliente para que Nora lo apoyara sobre la frente y así mitigar el temblor.—Cuenta conmigo —murmuró la voz de Silas desde la puerta, lo sufic

Capítulo 19La noche antes de la bodaLa habitación estaba en penumbra, pero Nora no lograba conciliar el sueño. Se sentía inquieta y no entendía porque, todo iba según lo planeado.Recuperar la vista le había devuelto algo que no esperaba: una claridad incómoda para ella, pensé que solo se trataba de casarla porque estaban cansados de ella, pero al verlos como se comportaban supo que era algo más.Ahora podía ver las muecas que sus tíos hacían cuando sabía que ella no miraba, el desprecio disfrazado de cortesía, las sonrisas falsas durante la cena.Antes, esas cosas se le escapaban… ahora eran imposibles de ignorar.Se levantó despacio. El vestido ligero de dormir se movía suavemente con sus pasos.Tenía sed, y como todos dormían, decidió dejar el bastón apoyado junto a la puerta.No lo necesitaba para moverse por un espacio que conocía tan bien.El pasillo estaba silencioso, salvo por el crujir leve de la madera bajo sus pies descalzos.Sirvió agua en la cocina y bebió un par de sor