La Exploración y La Entrega MutuaCuando ella asintió con un leve movimiento de cabeza, como concediéndole un pequeño permiso, Dante no dudó más. La tomó en brazos con cuidado, sintiendo la calidez de su cuerpo contra el suyo y la llevó hasta la cama. Allí la recostó a su lado, manteniendo cada gesto lleno de ternura y respeto. Sus labios la buscaron en un beso profundo, pero paciente, explorándola sin prisa, dejando que cada respuesta de su esposa le indicara cuándo avanzar.Sus manos recorrieron su cuerpo con delicadeza, explorando y descubriendo, mientras Dante escuchaba los pequeños gemidos y suspiros que escapaban de Serena. Cada reacción de ella era un signo, un permiso, una invitación silenciosa a continuar. Con cada roce, cada caricia y cada beso, ambos se sumergían en la danza mutua de sus cuerpos, un juego de entrega y deseo compart
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