Un Nuevo AliadoLos murmullos comenzaron a extenderse por el gran salón como un incendio en pasto seco. Un vampiro desafiando a Raikhan. No era algo que se viera todos los días, mucho menos en el corazón del territorio lycan. La noticia ya había llegado a los oídos de los altos mandos a través del enlace entre los miembros de la manada y algunos de los oficiales de Raikhan ingresaron al salón, observando con interés el desarrollo del desafío.Damian no se dejó intimidar. Su postura permanecía relajada, con una mano sosteniendo los cubiertos y la otra apoyada casualmente en el borde de la mesa. Sabía que lo estaban poniendo a prueba y no podía fallar. Además, la carne estaba excelente. Extrañaba un buen corte.Terminó su porción de carne con la misma calma con la que había iniciado, tomándose su tiempo para saborear

Me Está Gustando ApostarEl campo de entrenamiento quedó en completo silencio cuando Alessia y Aria cruzaron el umbral de la arena. Los guerreros se apartaron, algunos inclinando la cabeza en señal de respeto, otros simplemente optando por mantenerse fuera de su camino.Damian se mantuvo firme, con los brazos cruzados, observando cómo Alessia avanzaba con esa naturalidad innata de quien está acostumbrada a ser la figura de autoridad. Su postura era relajada, pero sus ojos escarlata recorrían el campo con una mirada afilada, evaluando cada detalle, cada presencia. A su lado, Aria sonreía con esa expresión traviesa que indicaba que algo interesante estaba por suceder.- Mira esto, Aria. - Alessia se detuvo junto a Antares, sin voltear a verlo directamente - Mi compañero… Tan rápido abandonó mi calor para venir a jugar aquí.Antares, que hasta entonces

Una Pregunta IncómodaDamian suspiró procesando la información que Renard le dijo. De repente, recordó los acuerdos que Ferrás estableció con los hijos que tuviera.- Tengo una pregunta ¿Cómo nacen los bebés vampiros?Renard escupió el jugo de forma poco digna para un consejero de su calibre cuando lo escuchó. Tosió, llevándose la mano a la boca, intentando recuperar la compostura mientras Damian lo observaba con curiosidad y una ceja arqueada.- ¿Q…qué demonios me acabas de preguntar? - logró decir, con la cara enrojecida por la sorpresa… y quizás por la falta de aire.Damian se encogió de hombros, sin el menor atisbo de vergüenza.- ¿Cómo nacen los bebés vampiros? – repitió.Renard parpadeó varias veces. Luego suspiró, masaje&

La Villa En ErebusAl salir de la fortaleza y descender por el camino empedrado, Damian sintió el cambio en el aire mientras montaba a caballo acompañado por Aria. La brisa matinal traía consigo los aromas entremezclados de la villa: pan recién horneado, hierro fundido en las fraguas y la inconfundible esencia de la tierra húmeda, que aún conservaba el rocío nocturno. No pudo hacer la prueba ya que Aria los interrumpió para la salida programada a Erebus. El pueblo más cercano al castillo.A medida que avanzaban por la ladera de la colina, la vista era clara. La villa se extendía en un patrón radial alrededor de una amplia plaza central, la cual servía como punto de encuentro tanto para la nobleza menor como para el pueblo llano. En el centro de la plaza, una gran fuente de piedra negra con tallados antiguos vertía agua cristalina en un cuenco amplio, alrededor de

Desolación En La Villa HumanaLa noche en Nocturne apenas había comenzado cuando Damian y Aria se dirigieron al portal que Alessia les había abierto. Su misión era clara: investigar el ataque a una villa de vampiros en Florencia y reincorporarse a la agencia para rastrear al traidor que los había puesto en peligro.- ¿Listo para volver al mundo humano? - preguntó Aria, ajustándose la chaqueta de cuero negro.Damian se pasó una mano por el cabello y resopló.- Listo no es la palabra que usaría, pero no tengo opción, ¿o sí?Aria sonrió con diversión mientras atravesaba el portal. La magia chisporroteó en el aire, formando un vórtice de sombras que los envolvió en un parpadeo.Cuando el vértigo de la transición se disipó, Damian se encontró en una callejuela oscura de Florencia. El aire tenía el aroma del río Arno, mezclado con la humedad de las viejas piedras y el perfume lejano de las flores nocturnas. La ciudad estaba tranqu