Respeto Entre GuerrerosLa arena de combate se sumió en un silencio expectante cuando Damian y el barón Antares caminaron hacia el centro. La luz pálida del sol entre las nubes se filtraba a través de las altas ventanas góticas del recinto, proyectando sombras alargadas sobre el suelo de piedra desgastado por incontables batallas. El aire olía a metal, sudor y magia antigua.Damian rodó los hombros, relajando su postura. No había estado en un combate real en días y su cuerpo ya ansiaba la adrenalina de la pelea. Sabía que lo estaban juzgando, que esperaban ver qué clase de guerrero era el hombre al que Alessia había elegido.- Usaré mis habilidades. No sería justo pelear como un vampiro cuando no estoy acostumbrado. - Su tono era calmo, pero la advertencia estaba implícita.Antares lo midió con una mirada aguda. Había enf

La Conexión Con NocturneLa sensación fue tan abrupta que Damian despertó jadeando, cubierto de sudor. El cuarto estaba en penumbras, la brisa nocturna apenas movía las cortinas pesadas y el sonido de la ciudadela dormida era un eco lejano contra las paredes de piedra.Por un segundo, Damian no pudo reconocer su propio cuerpo.Sus manos -sí, manos- se apretaron contra las sábanas de seda, su respiración era rápida, errática, su corazón golpeaba contra su pecho con una fuerza que rozaba lo salvaje. Se llevó una mano a la cara, sintiendo la humedad en su piel, su cabello revuelto y pegado a la frente.¿Qué demonios acababa de ver?Cerró los ojos por un instante, tratando de calmar el torbellino en su mente. Podía recordar la sensación de la tierra bajo sus patas, la neblina envolviéndolo, el instinto primario de caza

La Llegada A La Planicie De La Luna NuevaLa tela del portal se rasgó en el aire con un sonido sibilante, como un velo de sombras desgarrándose para revelar otro mundo. Un resplandor carmesí se expandió en la penumbra de la tarde, retorciéndose en espirales luminosas antes de materializar la silueta de la comitiva de Masquerade. La brisa agitó sus capas y estandartes mientras los guardianes que custodiaban la entrada de la planicie se tensaban, sus manos listas sobre las empuñaduras de sus armas.La llanura se extendía ante ellos como un campo de guerra que nunca conoció el caos, solo la solemnidad del encuentro entre reyes y comandantes. Cuatro grandes sectores, marcados con estandartes y carpas de telas pesadas, alzaban sus dominios en un círculo estratégico. Las banderas ondeaban con el viento, cada una llevando los emblemas de los clanes que gobernaban la noche.Hac

El Descaro De Arcanus y El Filo De CarmesíFerrás, que hasta ese momento se había mantenido en un silencio analítico, dejó escapar una leve risa por lo bajo, una que resonó con el peso de los siglos que cargaba sobre sus hombros.Se inclinó en su asiento, apoyando un brazo en el reposabrazos tallado con los emblemas de Arcanus. Sus ojos, de un azul profundo como el abismo de la noche, se posaron en Lilith con un matiz de nostalgia velada.- Habla como yo, - murmuró, sus dedos rozando distraídamente la parte de su pecho donde, oculta por la tela de su túnica, aún ardía la marca de su compañera - Porque entiende lo que significa un vínculo real.Se desabotonó la parte superior de su atuendo y, sin pudor alguno, dejó al descubierto la piel de su pecho. Ahí, a pesar de los siglos transcurridos, aún brillaba tenuemente

Prueba De FuerzaLa luz del atardecer comenzaba a teñir el horizonte cuando Alessia y Damian llegaron a la arena improvisada de combate. Se trataba de un amplio claro en la planicie, donde la hierba había sido pisoteada por generaciones de guerreros que probaban su temple en duelos y entrenamientos. Pese a la informalidad del encuentro, la noticia de la sesión con Ferrás se había esparcido como pólvora entre los clanes y ahora grupos de guerreros rodeaban el lugar con expectación.Alessia vestía ropa de entrenamiento ceñida al cuerpo, hecha de un material flexible pero resistente con un chaleco de cuero endurecido. Su atuendo era completamente negro, salvo por la delgada línea roja que recorría el costado de sus pantalones, símbolo de Masquerade. Un broche del mismo color adornaba su cinturón, sujetando la daga corta que se apoyaba en su cadera. Damian vestía de manera similar, pero llevaba un arnés de entrenamiento con el broche en el cuello con el emblema de Masquerade grabado con de