Emilia MorganLa modista ajusta mi vestido apretandolo sacándome el aire, el corset me apretaba demasiado para permitirme respirar adecuadamente y temía por si en la boda me desmayaria por falta de aire.—Está ajustado—me remuevo—Mientras más ajustado esté, mejor se te verá tu cuerpo—dice la modista—Aja si pero no deseo desmayarme en mi boda por falta de oxígeno—murmuroMi madre me miraba con una pequeña sonrisa, quedaban solo dos semanas para la boda y todo ya estaba preparado, sólo quedaba confirmar los invitados y ordenar las mesas correspondientes.La boda se celebraría en la Residencia Morgan, pocos invitados en realidad, solo mi familia, la de Sebastián y miembros cercanos de la Mafia.La abuela y la madre de mi prometido me miraban con desaprobación, era claro que mi vestido estaba fuera de lugar pero no me importaba. A mí me encantaba como se me veía a pesar de lo ajustado que era.—Da unas vueltas por favor—me pide la modistaDoy unas vueltas dejando que admire la vista de
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