Emilia MorganEl dolor de mi cuerpo y cabeza me hacen quejarme, paso mi mano por mi rostro mientras que me acomodo en la cama.El sol da directo a mi rostro y me quejo por aquello, debí haber cerrado las cortinas antes de venirme a dormir. Abro los ojos pesadamente sintiendo una pulsación en mi cabeza.Dormía en una habitación no reconocida para mi, me siento en la cama buscando alguna señal de que estaba en casa y no en un lugar desconocido.Estaba en la habitación de invitados así que dejo que el oxígeno salga de golpe. ¿Por qué carajos no estaba en mi habitación?Empiezo a memorizar la noche anterior y me alarmó ante el hecho de que me vino un ataque, joder no puede ser.La puerta de la habitación se abre y mamá aparece en el marco de la puerta, me da una pequeña sonrisa mientras que camina hacia mi y se sienta en la cama.-¿Cómo te sientes?-¿Qué pasó anoche?-pregunto directamenteMamá sólo me mira y suspira, deja un mechón de mi cabello a un lado.-Atacarte a tu hermana-me dice-q

Emilia Morgan—¿Alguna vez vas a dejar de darme órdenes?—gruño cuando Nicholas me envía a investigar la desaparición de Ángela—No, ahora ve y cumple la orden que acabo de darte—dice Nick—No lo haré, si tan preocupado estas por Ángela hazlo tu—Puedo sancionarte por el tono en que me hablas—dice—¿Y crees que me asusta? Vamos. InténtaloNick rodea el escritorio y toma mi brazo para jalarme por toda el área de Investigación, bajamos los escalones y trato de no tropezar por los tacones que estaba usando. Mala idea de ponerme tacones.Llegamos a la cancha de entrenamiento y apenas estamos ahí me suelta, gruño mientras lo miro fijamente. Joder las ganas de asesinarlo me comían por dentro.—Cincuenta vueltas a la cancha, ahora—ordena—No—me cruzo de brazos—Ahora—sentencia molesto—¡No!—alzó la vozUnos cadetes nos miran desde lejos curiosos por la discusión que estábamos montando. Nick me mira fijamente mientras que yo le rehusaba a sus órdenes.—¿Qué pasa?—lo encaró—¿tanto te molesta qu

Emilia Morgan—Solo he encontrado esto—dejo la carpeta en la mesaNicholas la toma sin siquiera darme una mirada pero sinceramente no me interesa demasiado. La abre y empieza a ojear la información que le había entregado.No era mucho a pesar de que todo lo que logré investigar solo puse una parte de ella. No podía arriesgarme.—Lo archivare en la carpeta, busca información sobre el paradero de An...—unos toques interrumpen a Nick—adelante—diceDos cadetes entran a la oficina y se ponen tras de mí.—Capitán, ha llegado un paquete que dice tener información sobre el paradero de la Teniente John—¿Paquete?—frunce el ceñoEvito una sonrisa en mi rostro. Ya había llegado mi pequeño regalo. Cortesía mía y de La Reina.—Así es, Capitán, debe bajar a verlo—informa el otro cadeteNick me da una mirada y luego a los cadetes, se pone de pie y camina hacia la puerta.—Morgan, ven conmigo—ordena—Gilipolla—bufoCamino junto los dos cadetes detrás de Nick, bajamos las escaleras para ir más rápido,

Nicholas JonesAbro los ojos pesadamente aún con el sueño ganandome, el olor a sexo me rodeaba las fosas nasales a la vez que un perfume de mujer. Froto mis ojos y siento una respiración relajada a mi lado. Volteo a ver y me encuentro a Emilia boca arriba durmiendo con la cabeza ladeada hacia la pared, la sábana de la cama cubría su cuerpo desnudo hasta el pecho dejando su cuello y hombros al descubierto.Las marcas se hacen de notar al igual que lo hinchado que se encontraban sus labios aun, suspiro mientras paso mis manos por mi rostro. Joder sabía que lo que hacía estaba mal pero era inevitable. Para nadie de este puto comando era una mentira que Emilia era una diosa.Alcanzó mi celular y lo enciendo dejando ver las llamadas perdidas de mi madre, carajo de seguro no le avise que llegaría tarde o que más bien no llegaría a casa.Me pongo el boxer y me alejo de la litera para acercarme a la ventana sin apartar la vista del cuerpo de Emilia, ella se remueve ligeramente mientras se vol

Emilia Morgan—Bien, ¿qué haremos?—preguntó Sebas frente miEstábamos en una cafetería del centro comercial, había pedido un Frapuccino de dulce de leche mientras que Sebas se pidió un Ice Latte.—Pues como nos tocó, Sebas, casarnos—digo—esto ya estaba planeado a pesar de que mi padre no deseaba esto para mi y mi hermana—Lo se—suspira—primero que nada, ¿que hacías anoche con el Capitán?—pregunta—¿Qué crees que hacía?—pregunto—¿Tienes algo con él?—No—niego—. Hemos tenido sexo dos veces nada más y hubieran sido tres si ustedes no hubieran llegado—Vale—se ríe—. Ambos sabemos que este matrimonio no tendrá amor, Emilia, te quiero y mucho pero no más allá como una amiga muy cercana. Hagamos un trato que nos favorezca a los dos—se inclina hacia mí—Toda oídos—sonrió—Cumpliremos el matrimonio y nos casaremos como mi padre desea, fingiremos ser un matrimonio perfecto y cumpliremos el deber del heredero para ambas familias, pero cada uno hará su vida. Viviremos juntos y todo eso pero si t