POV de CerceiComo si fuera un déjà vu, después de aquella noche fatídica, volvimos a ser expulsadas de la gran mansión. Esta vez, para siempre.Vienna no nos permitió llevarnos ni una sola pertenencia. Los guardias nos arrastraron sin compasión y nos arrojaron a la fría calle, cubiertas de heridas sangrantes.Y por si no fuera suficiente, el cielo decidió romperse sobre nosotras. La lluvia caía sin piedad, empapándonos de pies a cabeza. Nos quedamos allí, de pie, empapadas, en medio de las bulliciosas calles. Mi madre lloraba, repitiendo una y otra vez que lo sentía, mientras yo simplemente miraba hacia el cielo, con la mente en blanco.En ese momento, ya no me quedaban lágrimas. Estaba vacía por dentro. No podía sentir nada. Me rendí ante mi destino, aceptando que tal vez fui maldecida desde el cielo, privada de cualquier derecho a ser feliz.Toda mi vida soñé con escapar de esa mansión. Pero ahora que por fin soy libre… no siento alegría, ni siquiera un poco. Quizás todo sería dist
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