Erika StuardoCuando creí que todo iba para mejor, el dolor regresó. No solamente era el dolor de la traición que afectaba mi cuerpo, si no sentir como mi corazón se rompía cada vez más, hasta llegar al punto que no iba a quedar ni siquiera cenizas del pobre.Tory estaba tan afligida y tan sumida en su dolor, que ni siquiera podía enlazarse conmigo, darme pelea por mi decisión de huir, alguno de esos comentarios que siempre hacía a favor de Víctor.-respira Erika, solo busca la fuente de tu dolor y anúlalo-escuche la voz nítida de mi madre.-¿mamá?-pregunte viendo en la habitación.-respira, busca la fuente, eres fuerte hija, siempre los has sido. Solo busca la fuente de tu dolor y apágalo-escuche decir una vez más.Entonces cerré mis ojos, podía sentir como mi compañero gozaba, su placer era mi dolor, sabía que él no cambiaría. El nunca nos elegiría, fue cuando el dolor empezó a ceder, fue lento pero ya no dolía, mi respiración era agitada, pero continúe, en algún momento pude empeza

Víctor Stone Todo se estaba saliendo de control, había momentos en qué podía sentir la pena y la tristeza de Erika, pero cuando quería indagar más, algo me bloqueaba, no sabía qué era y ahí es donde estaba Isa, abrumándome con su empalagoso perfume y sus atenciones innecesarias. Pero solo verla, ver su cuerpo semidesnudo con la escasa ropa que tenía siempre, me prendía y terminaba fallándomela en cualquier lugar, daba lo mismo si teníamos espectadores, mi necesidad por follarla y llenarla de mi semilla era tan intenso, que hasta mi lobo estaba sospechando si ella estaba usando algo para enloquecernos.-me mandaste a llamar alfa-decía Derek, entrando a mi oficina, por lo visto mi beta seguía molesto, ni mencionar de mi gama, que ni hablaba de otra cosa que el trabajo, era aún más frío. Esta situación con mis amigos me estaba cabreando.-sí, quiero saber ¿quién mierda autorizó qué un grupo de guerreros marchara, para establecer un puesto de avanzada en las zonas extremas?, en el borde

Erika StuardoPensé que era un macho honorable, creí sus promesas y me entregue a él sin preguntar, a pesar de que ya me había mentido, yo quise creer. No solo era cariñoso y me lleno de amor, me protegió y hasta me prometió bajar un cometa. Pero resulto que era un hijo de puta como todos los machos. Me uso, se burlo de mí y cuando encontró algo mejor, algo puro, algo que traía una buena alianza para su manada, me dejo. Como ya lo había hecho, si sé que soy una ingenua por creer, pero demándenme.Claro también está el hecho de que yo solo soy una mestiza, rouge, que una vez fui esclava de sangre. Pero si espera que ruegue o me arrodille, una vez más, se llevara una sorpresa. Por más compañero que sea, no me dejare humillar más. Se puede ir a la mierda por eso estoy ahora, esperando que la patrulla pase y me deje el paso libre.-nada por aquí, es una noche tranquila, vamos de regreso, tengo hambre-dijo el macho líder de la patrulla. Los vi regresar por entre los árboles, cuando estuve

Erika Stuardo La aldea en donde finalmente llegamos, no era nada como lo había visto antes, con mis padres habíamos deambulado por muchos lados, llevándome con ellos. Finalmente cuando nos establecimos en el asentamiento de tierras malditas, por fin pude tener una realidad más tranquila, pero aun así, tratábamos de mantenernos lo más alejados del resto. Ahora hacía lo mismo, ocultaba mis dones, recuperaba fuerza y cada tanto, empezaba a practicar para que el agotamiento no sea tanto cada vez que me tocaba usarlos, cuando pasamos por el asentamiento de tierras malditas, use mis dones nuevamente, esta vez me oculté de miradas indiscretas, traté de que ninguno de los habitantes de ese lugar me reconociera y pasé bien, sólo que seguía quedándome débil luego de usarlos. Myriam y Antonio resultaron ser una pareja de rouges, los cuales no podían tener hijos, pero tenían sobrinos y es por eso que querían asentarse finalmente en la aldea. Eran buenos y habían pasado por mucho de a poco les co

Erika StuardoMientras velaba por el guerrero, no pude evitar escuchar cómo se referían a su luna. Al parecer no todos estaban conformes con la elección del alfa. Pero lo que más me sorprendió fue saber que el gama Ciro y Wilo se habían marchado de la manada. Hasta donde pude escuchar nadie sabía bien a donde se dirigían.-¿hace mucho vives en esta aldea?-preguntaba el beta Derek, sentándose a mi lado.-no mucho-respondí, tenía que alejarme y buscar un lugar donde descansar, ya que ocultar mí aura y mi imagen me estaba consumiendo todas las fuerzas. Podía ver la mirada de preocupación de Myriam.-buscamos a una hembra, ella puede estar en peligro. Una mestiza ¿has visto alguna?-comentaba el beta mirándome a los ojos.-los únicos extraños que han pasado por acá han sido ustedes, nadie se aventura más allá del asentamiento de tierras malditas-respondí.-eso supe, pero tenía la esperanza de saber de ella-respondía el beta y antes de que agregara algo más uno de los guerreros lo llamo.-s